Ahora está la posibilidad de realizar una consulta ciudadana para determinar si es viable el establecimiento de la planta de fertilizantes en Topolobampo.
Así lo ha anunciado el propio gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, consultado con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se ha hablado mucho a favor y en contra de la operación de una empresa de esta naturaleza en la zona norte del estado, pero aún así es evidente que el grueso de la sociedad no tiene una idea clara del verdadero impacto que tendría.
Sencillamente en este caso hay cuestiones de carácter técnico, científico y hasta económico a las que la gran mayoría se nos dificulta entender.
Empecemos dejando en claro que la consulta popular es una extraordinaria herramienta disponible para que la sociedad pueda participar en decisiones gubernamentales de trascendencia.
Pero hay áreas que escapan del conocimiento de la gente común, por lo que su opinión estaría definida por emociones y directrices inducidas por factores externos e intereses particulares, no de las mayorías.
No es pretensión descalificar o avalar ese ejercicio en el que se opina de un asunto tan delicado y trascendental.
En lo particular no me atrevería a participar porque reconozco que no tengo los conocimientos sobre el tema que en mi opinión son necesarios para emitir un juicio responsable sobre algo tan complejo. Eso es factor del que yo soy responsable.
Pero hay muchos especialistas en la materia, tanto en instituciones académicas como en dependencias de gobierno y en la sociedad civil, a los que se podría recurrir en tan delicada tarea de analizar la viabilidad de un proyecto de tanta envergadura.
Esa es la primera responsabilidad de un gobierno puesto por la misma sociedad para que haga este tipo de trabajos.
