El voto existe dentro de las sociedades como una forma de elegir y legitimar a nuestros gobernantes.
A lo largo del tiempo, el voto ha evolucionado y se ha perfeccionado alrededor del mundo.
El sentimiento a nivel mundial en cuanto al voto en las elecciones conduce a emociones como: euforia, enojo, desencanto, frustración, coraje y otras más.
Vivimos en una era de descontento social aunado al hartazgo, a lo cual se le suman gobiernos que no han hecho realidad sus promesas junto a propuestas que solo se basan en la desacreditación del oponente pero que no suman, no aportan o simplemente no motivan a ciudadanas y ciudadanos a salir a votar en cada elección.
Uno de los principales derechos humanos de las personas es el derecho al voto, y como bien se dice: “el derecho debe mutar e irse adecuando”.
Hace algunas semanas hubo elecciones primarias en Argentina, con la incorporación del voto electrónico, lo cual ha generado varias interrogantes:
¿Es el voto electrónico la manera más eficaz para estimular la participación de los ciudadanos en las elecciones?
¿El voto electrónico suma a la vida democrática de los países?
¿El voto electrónico es el futuro de la democracia?
La Cámara Electoral de Argentina publicó un comunicado donde le responde a una jueza sobre ciertos errores en el funcionamiento de las máquinas electrónicas que se utilizaron para el ejercicio del voto en la Ciudad de Buenos Aires.
La Cámara Electoral admite que no se cumplió con las condiciones que eran requeridas para implementar la tecnología como son redes, código fuente, incluso la falta de personas calificadas de orden técnico y funcional, entre otras.
En México, el Instituto Nacional Electoral canceló la utilización del voto electrónico en el estado de Coahuila por errores dentro de la configuración de la urna electrónica.
Vladimir Chorny, investigador de la Red en Defensa de los Derechos Digitales, ha expresado que las fallas que han presentado los sistemas de voto electrónico, tanto en Buenos Aires como en Coahuila hablan del riesgo para las elecciones, tanto en el presente como en el corto plazo.
Dentro de los estándares internacionales que se requieren para la incorporación de urnas electrónicas en elecciones constitucionales están: la garantía de secreto del voto, que la voluntad del ciudadano no sea alterable ni manipulable, que el resultado sea transparente y se pueda auditar el sistema electoral en cada etapa del proceso.
Los Sistemas Electorales y los países han evolucionado y se han adaptado a las nuevas circunstancias que se les presentan.
La incorporación de tecnologías de la información en todas las esferas es algo inevitable, sin embargo, es necesario revisar las experiencias y las prácticas de otros países que permitan redireccionar y perfeccionar los sistemas electorales, siempre centrando la importancia de los derechos humanos, la transparencia y la evaluación de todo el proceso.
Lo que está en juego es la supervivencia de la ciudadanía y sus decisiones, por lo que debe procurarse que estén siempre acompañadas de legalidad, democracia y transparencia.
