Cuando era chiquita (de edad porque me quedé chaparrita), ir a la escuela era más que obligado, así lloviera, relampagueara, hiciera un calorón o me doliera la panza, mi papá que hoy tuviera 75 años tenía el mismo dicho que AMLO, y no permitía un NO como respuesta cuando de ir a la escuela se trataba.
Pero sin lugar a dudas, los tiempos de hoy a aquellos días mozos en los que iba con mi uniforme y mi moño que parecía antena parabólica a la escuela, no son los mismos, y menos con el COVID como acompañante.
Pero no, hoy no hablaré del COVID en sí, sino de otro enemigo para los niños y niñas, sobre todo de aquellos que van a escuelas rurales o urbanas en donde por desgracia, no se cuenta con el dinero suficiente para tener un bendito aire acondicionado o abanicos decentes, o bien, se los robaron.
Sí, ese enemigo que te hace sudar, querer salir corriendo y que poco a poco te hace desvanecer es el calor, ese que en los últimos días en sinaloa ha hecho que la sensación térmica se sienta de 50 grados.
¿Cómo mitigar el calorón con un pedazo de papel, debajo de un árbol y con salones llenos?, sí, esto me preocupa y mucho ya que los mas vulnerables son los niños y niñas, que pese a estar más revolucionados que antes y expresan abiertamente lo que sienten, no alcanzan a medir el comportamiento de su salud.
Algunos estados ya observaron este factor, sobre todo Sonora y Sinaloa que se convierten prácticamente en “hornos”; el cambio climático se manifiesta más que antes y ciertamente los calores de hoy, en nada se parecen a los de nuestros abuelos.
La biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, indica que las enfermedades relacionadas con el calor incluyen:
- Golpe de calor: Una enfermedad peligrosa para la vida en la cual la temperatura corporal puede subir por encima de los 41 ºC.. Los síntomas incluyen piel seca, pulso rápido y fuerte, mareos, nausea y confusión.
- Agotamiento por calor: Una enfermedad que puede ocurrir después de varios días expuesto a altas temperaturas y sin suficientes líquidos. Los síntomas incluyen sudoración profusa, respiración rápida y pulso rápido y débil. Si no recibe tratamiento, puede preceder al golpe de calor
- Calambres por calor: Dolores o espasmos musculares que ocurren durante el ejercicio intenso. En general, puede sufrirlos en el abdomen, los brazos o las piernas
- Erupciones cutáneas por calor: Irritación de la piel por exceso de sudoración. Es más común en niños pequeños
Ahora imagina un salón con al menos 30 niños, unas ventanas chiquitas porque así las hacen ahora para que no quepan los rateros; ningún árbol cercano, ya que los cambiaron por canchas deportivas o más salones, y un abanico de techo que gira como pidiendo permiso para salir temprano de trabajar o un aire al que le suena todo pero de echar aire frío ¡nada!
Muchos critican que ya nada más quiere uno un pretexto para no mandar a los. niños a la escuela, pero no es real, algunos padres han pasado serios problemas al tener que reactivarse en el trabajo y dejar en algunos casos, a sus hijos mayores al cuidado de los más pequeños.
No es falta de ganas, es falta de confianza, de necesidades que no se cubren, de mala organización y de los méndigos rateros que dejaron las escuelas vacías por falta de vigilancia, y sí, de paso también de las autoridades que dejaron abandonadas las escuelas, y sí, también de los papás que no montaron cuadrillas de vigilancia para cuidar lo que ellos mismos con sus cuotas compraron, ¡ay no que estrés!
Pero en la búsqueda de culpables se nos están olvidando las criaturas, ya que son ellos los que estarán amotonados en la escuela, y a parte con cubrebocas que les dejará sus caritas cocidas; con este clima no hay quien aguante y menos los niños.
Pero ¿qué hacer? Ya en la repartición de culpas se vio la solución, organización papás, maestros, directivos, autoridaes, por fortuna el calor se calma en un lugar fresco, así que para su conocimiento, es obvio que ls rifas, las cuotas extra y los apoyos para comprar aire o abanicos van a regresar les guste o no, renieguen o no, o acaso quieren a sus hijos acalorados, o lo que es peor, enfermos.
Estas cosas de la vida me mortifican, la Sofi (mi herencia familiar) me dijo “ya quiero ir a la escuela” y anda emocionada y claro que va a ir con su sana distancia y conforme a las medidas, también creo que hay que regresar a clases, ¡pero no el 30 eso es obvio!
Ahora sí, échele el comentario…. Bye mundo
