He de decir que este informe de gobierno me ha dejado positivamente impresionada. Y es por varias razones, algunas de ellas han estado siempre ahí, pero este último ‘baile’ de López Obrador ha traído algunos puntos para el análisis.
El pueblo disfruta lo votado
Miles de mexicanos madrugaron. No pocos incluso desde una noche antes para ganar lugar en el zócalo. Las calles que nutren la emblemática plaza pública se llenaron de peatones desde todos los puntos cardinales. A las 8:00 am podríamos decir que había ‘quorum’ del pueblo. La 4T ha llenado como nadie nunca en la historia tantas veces el zócalo que le ha convertido en su casa. La máxima plaza pública le pertenece a la izquierda.
Los nublados de los últimos días dieron tregua para abrir paso a una mañana soleada, y con ella, el calor se comenzó a sentir. Pero era más la calidez de ese pueblo apodado ‘sabio y bueno’ que se sentía.
Los chalecos morenistas y las gorras blancas vestían la zona. Las playeras con la leyenda “gracias presidente”, los amlitos de peluche, lonas, banderas, pancartas no hicieron falta. Francamente, todo el mercadeo con la imagen de AMLO es impresionante. La inversión de la gente en souvenirs obradoristas es la sublimación de los síntomas definitivos del idilio que el pueblo ha sostenido con Andrés Manuel hasta el último momento.
A las 11:00 en punto, López Obrador salió de Palacio Nacional tomado de la mano de su esposa Beatriz Gutiérrez. Comenzó a enviar gesto de abrazo y saludos para los suyos. Hizo uso de la voz luego de entonar el himno nacional.
“Lo mejor de México es su pueblo”, comenzó su discurso que por dos horas se extendió. ¿Qué dijo? Presumió los logros de su sexenio. López Obrador al tomar el micrófono sabía que la tarea estaba hecha. Sabía que su aceptación iba por las nubes en comparación con todos los demás presidentes a la hora de su salida. AMLO trascenderá la política y la historia nacional no sólo porque logró hablarle a su pueblo, sino porque entendió como nadie a las y los mexicanos.
Al tabasqueño hay que evaluarlo de dos maneras: como político, y gobernante. El gobernante exhibió sus falencias durante todo el sexenio. El político las suplió absolutamente todas. Su agudeza política fue tal quela percepción de su gobierno es más que positiva porque logró sacar adelante grandes cambios y mejoras en las políticas del estado que han transformado al país.
El informe culminó pasadas las 13 horas del mediodía. El calor se aplanaba, pero la gente aplaudió y vitoreó al presidente hasta el último instante. El folclor, la música, los trajes típicos y los contingentes permanecieron hasta el final para dejar patente entre muchas cosas que el obradorismo continuará con Claudia Sheinbaum en el segundo piso de la 4T.
“Ha sido un honor estar con Obrador”
Esa es la frase que se repitió una y otra vez durante el acto de informe en el zócalo capitalino. López Obrador habrá sido un presidente que mantuvo una sola línea. La percepción de defender la dignidad del pueblo de México quedará hasta el último momento.
Durante el acto aprovechó para reiterar lo que ha dicho siempre. Que México es una nación soberana que no se vende a los intereses del extranjero. El narcoestado fue en el sexenio de Felipe Calderón y hoy eso solo existe en el discurso de unos cuantos opositores que intentan gritar fuerte. Ponderó sus programas sociales y el combate a la corrupción. Recordó la fortaleza de la moneda mexicana en el extranjero y no se olvidó de reconocer a los paisanos que con cariño voltean siempre a casa.
El presidente López Obrador se irá en un mes a Palenque. Se irá contento, con el 73 % de aprobación para él y su gobierno. Se marchará también asegurando que es como Madero; bajo el lema “sufragio efectivo no reelección”.
Este último mes continuará con sus giras, pero el acto de informe podría haber sido su último baile. La última ocasión que tome la tribuna de una plaza pública para hablarle a su gente. El tiempo nos dirá si esto sucede así o si el tabasqueño regresará en el futuro.
Vanessa Félix
X: @vanessafelixmx
