Culiacán, Sinaloa, 18 de marzo 2024. La historia es conocida: el 18 de marzo de 1938, hoy hace 86 años, a través de una emisión radiofónica, en cadena nacional, el presidente Lázaro Cárdenas anunció que se aplicaría la Ley de Expropiación de 1936. Se declaraban de utilidad pública recursos y bienes que pasaban a ser propiedad de la nación y se nacionalizaban y expropiaban las empresas petroleras extranjeras que operaban en nuestro país.
Desde 1936, dos años antes de la expropiación, con prepotencia y desprecio, las petroleras de Estados Unidos y de Inglaterra, que tenían años de explotar los recursos de México, se habían negado sistemáticamente a mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores mexicanos y a conceder los aumentos salariales de ley.
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Intervino la Junta de Conciliación y Arbitraje y la Suprema Corte (cuando era de a de veras) y el conflicto escaló. El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), realizaron protestas, marchas y manifestaciones.
HACIENDO EFECTIVA LA LEY
Salieron a las calles y recibieron un apoyo popular que tiene pocos precedentes en la historia del país.
La Suprema Corte, a principios del 38, resolvió a favor de trabajadores del petróleo, pero una vez más las prepotentes compañías extranjeras se negaron a acatar el fallo y el movimiento creció.
En la noche del 17 de marzo, el general Cárdenas se reunió con su gabinete y al día siguiente se dirigió al país anunciando que se haría efectiva la Ley de Expropiación de 1936, declarando de utilidad pública recursos y bienes que pasaban a ser propiedad de la nación.
En el decreto, se dejaba claro que, como las empresas petroleras extranjeras se habían negado a respetar el laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, por lo que los contratos (ventajosos y leoninos) quedaban sin efecto.
Se ordenó la suspensión total de las actividades de la industria petrolera y se mandataba la intervención del Poder Público para evitar mayores perjuicios.
AQUEL DECRETO
El decreto dado a conocer, con el regocijo de la población, establecía:
“Artículo 1º. Se declaran expropiados por causa de utilidad pública y a favor de la Nación, la maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de almacenamiento, vías de comunicación, carros tanque, estaciones de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes muebles e inmuebles de propiedad de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S.A., Huasteca Petroleum Company, Sinclair Pierce Oil Company, California Standard Oil Company of Mexico.
Artículo 2º. La Secretaría de la Economía Nacional, con intervención de la Secretaría de Hacienda, procederá a la inmediata ocupación de los bienes materia de la expropiación y a tramitar el expediente respectivo.
Artículo 3º. La Secretaría de Hacienda pagará la indemnización correspondiente a las compañías expropiadas, en efectivo y en un plazo que no excederá de 10 años”.
TRATARON DE RECULAR LOS POTENTADOS
La misma noche del 18 de marzo, avisados de que el presidente Cárdenas daría a conocer el decreto de expropiación, y viendo que la lumbre les había llegado a los aparejos, los representantes y apoderados legales de las compañías petroleras fueron al Palacio Nacional a decirle que estaban dispuestos a acatar el fallo legal en su contra.
El general Cárdenas les contestó: “Han llegado demasiado tarde porque el gobierno de la República ya ha tomado sobre ese asunto una decisión irrevocable”.
Luego que se retiraron los empresarios, desde el Salón Amarillo de Palacio, el presidente leyó su discurso, en cadena radiofónica nacional, dando a conocer las razones del interés nacional que obligaron a la expropiación de las petroleras extranjeras.
EL PUEBLO A LAS CALLES
Cuatro días después, cuando las presiones internacionales, con la participación de los grandes medios de Estados Unidos y de Europa, estaban a todo vapor, el pueblo mexicano salió a las calles y tuvo lugar una de las más grandes marchas en defensa de la soberanía nacional de que se tenga memoria.
Y esa historia, esa experiencia incomparable del pueblo mexicano defendiendo su soberanía y dignidad, es la que aterra, digan lo que digan, a los conservadores mexicanos de hoy, y a sus empleados del prianredé, a las órdenes de los ultraderechistas que traen extranjeros a defender su mentalidad colonial.
Es el terror a que el interés general del pueblo sea la divisa de la democracia mexicana.
EN EL TINTERO
– Ni modo, las buenas noticias para el pueblo son malas noticias para el llamado Fuerco: la economía mexicana entre las mejores del mundo, con un crecimiento sin precedentes.
– De nuestro asiduo lector, José Castro: “Ahora fueron por una diputada de la extrema derecha española, acusada de neonazi, para que le haga campaña a doña Xóchitl”.
– Desde España desmienten al dirigente priista Alejandro Moreno: “Es un manipulador y mentiroso” que se llevó entre las patas al presidente español, denuncian. ¿Es que acaso saben hacer otra cosa?
– Empiezan a salir los referentes y urge investigarlo: que el Fuerco, la oligarquía extranjera y mexicana, la DEA y la CIA están detrás de la escalada de violencia en nuestro país. El hecho es que son capaces de eso y más, la historia lo demuestra.
– Vergonzoso que mientras Salinas Pliego no paga impuestos, además de sus muchas ilegalidades, siga impune, pero el SAT amenaza con multar a jubilados y pensionados si no hacen una “declaración anual”. ([email protected]).