En Sinaloa, como en muchas otras partes del país, el verdadero reto para las organizaciones políticas y empresariales radica en la formación y capacitación de nuevas generaciones de líderes. No hay futuro para ningún partido político o movimiento social que no invierta en el desarrollo de nuevos cuadros. La participación de los jóvenes en la solución de los problemas sociales de sus comunidades es clave para que cualquier proyecto de gobierno prospere y se consolide.
El contexto de Sinaloa es particular. En este estado, los partidos políticos de oposición no han logrado ofrecer oportunidades reales a las nuevas generaciones, perpetuando la presencia de los políticos de siempre. Estos mismos personajes, cargando con su desprestigio y con el rechazo cada vez más creciente de la ciudadanía, siguen dominando el escenario.
La falta de una oposición fuerte y renovada deja un vacío que, por el momento, solo está siendo llenado por Morena, el partido en el poder, que ha logrado abrir espacios a los jóvenes, dándoles la oportunidad de ocupar posiciones relevantes como regidores, diputados y alcaldes. Muy probablemente, de estos jóvenes que hoy se encuentran en cargos públicos saldrán los próximos aspirantes a una gubernatura.
Este fenómeno refleja el poder de un movimiento que llegó para quedarse, no solo en Sinaloa, sino en todo el país. Morena ha sabido aprovechar las oportunidades para formar una estructura sólida y con visión a largo plazo. Este año lanzó una campaña de afiliación con un enfoque renovador, utilizando eficientemente su estructura, lo que demuestra que está tomando en serio el papel de la juventud en la política.
Sin embargo, a pesar de estos avances, el partido en el poder no puede caer en la autocomplacencia. La inclusión de nuevos cuadros en la política debe ir acompañada de una formación adecuada. Si bien es cierto que se están abriendo puertas, también es evidente que en algunos municipios de Sinaloa los perfiles políticos jóvenes son poco preparados y, en algunos casos, carecen del compromiso necesario con las causas sociales.
Además, las fricciones internas están contribuyendo a la pérdida de su cohesión. La lucha por el poder y las diferencias entre grupos de la misma estructura partidaria son un factor que no debe subestimarse. En lugar de centrarse únicamente en ganar elecciones, el partido en el poder debe trabajar por mantener la unidad y garantizar que sus candidatos estén comprometidos con las necesidades de la población y no con intereses personales o de grupo.
La importancia de formar líderes en el sector privado
La formación de jóvenes líderes no solo debe centrarse en el ámbito político, sino que también es crucial en el sector privado. Las empresas, como motor de la economía, también requieren una renovación generacional que permita afrontar los retos económicos, sociales y tecnológicos del futuro. En Sinaloa, al igual que en el resto del país, se necesita una nueva camada de empresarios jóvenes, capaces de liderar con visión, responsabilidad social y ética.
El sector privado tiene un papel fundamental en la creación de empleo, la inversión y el desarrollo económico, pero solo podrá desempeñar este rol de manera eficaz si se prepara a sus nuevos líderes. Invertir en la formación de jóvenes empresarios, en sus habilidades de gestión, liderazgo y responsabilidad social empresarial, es tan necesario como formar políticos comprometidos. Estos jóvenes no solo deben formarse en el ámbito empresarial, sino también en áreas clave como innovación, creatividad y trabajo en equipo, habilidades esenciales para enfrentar los nuevos desafíos.
Un entorno empresarial renovado y con liderazgo joven puede generar un ecosistema de oportunidades que beneficie a la comunidad, creando empleos, fomentando la competitividad y respondiendo a las demandas sociales de manera efectiva.
Los líderes del sector privado deben ser conscientes de su papel en el desarrollo social y contribuir a la mejora de las condiciones de vida en sus comunidades, tal como los políticos deben hacerlo desde el ámbito gubernamental.
El reto de Sinaloa: renovación y preparación
El futuro de la política y la economía en Sinaloa dependerá de la capacidad de sus partidos y sectores económicos para transformar a los jóvenes en líderes preparados, responsables y comprometidos.
Si el partido en el poder desea consolidarse como una opción viable y efectiva, debe ir más allá de la inclusión de jóvenes en sus estructuras, invirtiendo en su formación continua. Del mismo modo, si los partidos de oposición realmente quieren ser una alternativa para los ciudadanos, deben ofrecer oportunidades genuinas a las nuevas generaciones. De igual manera, el sector privado debe asegurarse de que los jóvenes empresarios estén listos para enfrentar los retos del mundo moderno y generar un impacto positivo en la sociedad.
La política y el sector empresarial deben trabajar juntos para generar una verdadera transformación social y económica del estado. La formación de líderes debe ser una prioridad tanto para los partidos políticos como para las organizaciones empresariales. Solo así, Sinaloa podrá construir un futuro político y económico sostenible, donde la juventud tenga un papel protagonista, pero también una preparación adecuada para afrontar los grandes desafíos que se avecinan.
Pero la renovación política y empresarial no se logra solo con buenos deseos, sino con estrategias y acciones concretas. Sin un enfoque serio en la capacitación política y empresarial, los jóvenes serán simplemente una cara nueva, pero no una solución efectiva a los problemas que enfrenta Sinaloa. La clave está en el compromiso de todos los actores sociales para crear un entorno donde los líderes del futuro sean verdaderamente capaces de transformar el presente.
Hay mucho trabajo por hacer.