El 2025 plantea grandes retos derivados de un panorama global cada vez más complejo y diverso. Las negociaciones sobre el clima y la transición verde siguen siendo una prioridad para muchas organizaciones a nivel mundial.
En una reciente encuesta realizada por el Foro Económico Mundial a empleadores, el 47 % de los encuestados anticipó que reforzará e intensificará sus esfuerzos e inversiones para reducir las emisiones de carbono, considerándolo un motor clave para sus organizaciones.
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Por otro lado, el 41 % respondió que se espera un aumento en las inversiones para adaptarse al cambio climático, lo que impulsará importantes transformaciones organizativas.
De ahí que, en el Reporte sobre el Futuro del Trabajo 2025, se destacara que los empleos verdes serán prioritarios por su resiliencia. En los últimos años, este tipo de empleos se ha mantenido estable, incluso durante la pandemia de Covid-19.
Sectores como la industria automotriz, aeroespacial, minera y metalúrgica enfrentarán cambios organizativos significativos como parte de sus estrategias de descarbonización. Se estima que el 71 % de las empresas automotrices y aeroespaciales, y el 69 % de las mineras y metalúrgicas, reducirán sus emisiones de carbono para transformar sus operaciones.
En ese contexto, los trabajadores deberán actualizar y mejorar sus habilidades para transitar hacia estos nuevos empleos. Un ejemplo claro es el Sudeste Asiático, donde el 72 % de los empleadores espera que sus líderes tomen medidas activas para enfrentar el cambio climático.
La tarea no será sencilla: se requieren prácticas sostenibles y especialistas con experiencia, especialmente en áreas productivas como ensamblaje y manufactura. La capacitación en habilidades verdes es urgente y necesaria, ya que la demanda laboral está superando a la oferta. Actualmente, muchas vacantes exigen al menos una habilidad relacionada con sostenibilidad ambiental.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las economías verdes están impactando las competencias laborales de tres maneras:
- Reestructuración verde, que incide en la formación continua de los trabajadores.
- Nuevas ocupaciones, que exigen formación específica y nuevos sistemas de certificación.
- Transformación de empleos existentes, que requiere actualizar planes de estudio, calificaciones y programas de capacitación.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la OIT estiman que, para el año 2030, podrían generarse hasta 15 millones de nuevos empleos en sectores como energía renovable, silvicultura, construcción y agricultura, bajo un modelo de economía de cero emisiones.
Entre las nuevas habilidades más requeridas destacan: el uso de tecnologías digitales, instalación y mantenimiento de paneles solares, diseño de edificaciones eficientes desde su construcción, reciclaje, electromecánica, técnicas de riego eficiente y conocimiento sobre cuidado ambiental, entre otras.
¿Cuál es el objetivo principal de los empleos verdes?
Aprovechar los recursos naturales de forma inteligente, con prácticas que cuiden el medio ambiente y reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. Una apuesta que no solo busca salvar al planeta, sino también redefinir el rumbo del trabajo en el siglo XXI.