Culiacán, Sinaloa, 13 de julio 2020. La narrativa del coronavirus es un desastre, se ha distorsionado desde el surgimiento de la tal pandemia hasta lo que cada vez parece más una condena social (confinamiento a nivel casero, municipal, estatal, nacional y mundial). No hay credibilidad y no la pueden fincar gobiernos incompetentes, ajenos a su deber ser.
A la historia oficial del Covid le pasa lo que a la “verdad histórica” de Ayotzinapa; desde Wuhan a Washington; de Roma a Río de Janeiro; de la Ciudad de México a los Huizaches en Culiacán. Un desastre, sin quitarle ni ponerle.
Pero bien lo han aprovechado los gobernantes cuyo único fin es mantenerse en el poder, tanto en Europa como en América, Asia y en todos lados. Trump, ahora sujeto de halagos y reconocimientos kafkianos, representa el peor de los casos de manipulación, tergiversación y desinformación (pero el subsecretario López no las hace mal).
…Y NO SE VE NI SE OYE
Las voces cuerdas a nivel mundial han dicho, desde hace meses, lo inconcuso: la realidad está imponiendo sus reglas y lo que procede, si de enfrentar en serio la pandemia se trata, es de garantizar la atención a los contagiados y aplicar las medidas preventivas.
Como los sistemas de salud son una ruina en casi todo el mundo, los gobiernos endilgan toda la responsabilidad al ciudadano. Si prestaran la atención necesaria, en hospitales y medicina familiar, otra cosa fuera, pero prefieren hacerle al loco, literalmente.
Nos guste o no, el desconfinamiento seguirá, con o sin intervención de autoridades incapaces y es una tontería negarlo. En algunos lugares, como Culiacán, sólo funcionó (a nivel local) unos pocos días, y no podía ser de otro modo.
LA ATENCIÓN ES EL EJE
De acuerdo con datos de la OMS: el 95% de los muertos por coronavirus en el mundo son mayores de 60 años de edad; de ellos, más de la mitad, de 80 años o más; el 90% tenían problemas crónicos mal atendidos o no atendidos por los sistemas de salud.
Además, se reconoce, un alto porcentaje de “sospechosos” (casos sin confirmar) son agregados a la lista, sin que se haya realizado la prueba correspondiente (no la simple calentura o dolor de cabeza, como sucede en múltiples casos).
Así las cosas, y como era natural, con la pésima gestión de la crisis por parte de los gobiernos, es la inercia la que está poniendo las reglas mientras a la pandemia se suma una grave crisis económica y la pobreza extrema se incrementa en México.
Es la atención y las medidas preventivas, no el confinamiento y la parálisis. Pero mientras no se pueda prestar brindar el servicio médico necesario (como por cierto sucede desde mucho antes de la tal pandemia) entonces que sigan los cuentos.
VER Y ESCUCHAR
El movimiento Fuerza Migrante, una coalición de 196 organizaciones de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, criticó al presidente AMLO por su visita a Trump. Le exigieron al mandatario mexicano que se expresara contra el racismo y por la defensa de los derechos humanos, lo que no sucedió.
Fuerza Migrante tiene importante presencia entre la comunidad latina del vecino país, es un movimiento que se define apartidista, pero sin duda su postura tiene un impacto político.
Habrá quienes la descalifiquen, pero mejor se haría en considerar sus razones.
Al respecto, un colega, desde Chicago, nos comenta: “¿A qué fue? (AMLO) Demasiado evidente: a pagar ‘favores’, halagar y hacer el caldo gordo al especulador de la casa blanca y triste papel de la prensa mexicana alineada que se comporta como la que servía a los de antes”.
Y agrega: “Ahora, hasta defensores, incluso apologistas, de Trump, están resultando”.
EN EL TINTERO
-Murió Jorge Walterio Medina Palazuelos, hijo del recordado Jorge Medina León. Una lamentable pérdida de un buen periodista que aún tenía mucho que aportar. Descanse en paz.
-Las adhesiones “incondicionales” a cualquier gobierno, a más de irresponsables y contrarias a la relativa objetividad, son las primeras que arrancan cuando el barco hace agua. Se verá, ahí está la historia.
-¿A quiénes benefició realmente el TLCAN y a quiénes va a beneficiar (en proporción, cuantía y efectos sociales) el llamado T-MEC? La respuesta a esa pregunta se torna indispensable. Veremos.
-La Guardia Nacional (la “migra” de Trump) y la Marina Armada, reprimiendo ciudadanos en Playas de Tijuana, el viernes pasado. ¿Otra promesa de campaña cumplida?
-Los medios mexicanos muy atentos a la cena en la casa blanca, los bates regalados; la guayabera del embajador y otras veleidades (que eso fue la visita, para el consumo electorero).
-Ayer domingo, temprano, al norte y norponiente de Culiacán otra vez, campo de guerra. Si no es la pandemia, las balas colaterales. Y se dice que tenemos gobierno.