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Dodgers, de equipo grande a equipo chico

En San Diego descarriló una máquina blanquiazul, y no fue el Cruz Azul. El súper poderoso Dodgers de Los Ángeles, firmó una de las peores decepciones...

Luis Alfonso Félix
Luis Alfonso Félix | Foto: Línea Directa

En San Diego descarriló una máquina blanquiazul, y no fue el Cruz Azul. El súper poderoso Dodgers de Los Ángeles, firmó una de las peores decepciones que se hayan registrado en las Grandes Ligas con su caída sorpresiva ante los Padres, cuya victoria en el cuarto partido los llevó a la serie final de la Liga Nacional, mientras que los Angelinos regresaron a casa con las manos vacías.

Después de la arrolladora campaña en la que ganaron 111 juegos, todos veíamos a la tropa de Dave Roberts peleando y ganando la Serie Mundial de este 2022. Pero no fue así. Los Padres, a quienes dominaron en 14 de 19 confrontaciones entre sí, a los que les sacaron más de 20 juegos de distancia en su división y a los que superaban en muchos aspectos, principalmente de plantel, se encargaron de darle no solamente una zancadilla, sino de provocarle una de las peores humillaciones que pueda recibir un conjunto con semejante récord, y con semejante plantel.

Los pronósticos parecían tener un arranque normal cuando Julio César Urías y los Dodgers ganaron el primer encuentro. Pero la historia cambió drásticamente, como un huracán que amenaza con tocar tierra y devastar un pueblo, y que de pronto gira hacia otras latitudes. Así fue el cambio de Los Ángeles a partir del segundo juego.

¿Qué pasó?, ¿Quién falló?, ¿Cuál fue la causa? El equipo se transformó de un equipo grande, a un equipo chico.

El pitcheo abridor no tuvo culpa. Roberts jugó con sus mejores cartas, y a excepción de Tony Gonsolín, el resto cumplió con su tarea, en un trabajo que, fiel a su costumbre, Dave no les permite más allá de seis entradas, algo que todavía sigo sin entender. Tampoco el bateo estuvo tan mal, pero falló en los momentos que más se necesitaba.

Roberts ha estado en el “ojo del huracán” desde que llegó a los Dodgers. Su forma de dirigir no gusta o convence a miles, por no decir que a todos. Y cada que termina una campaña se habla de su inminente salida. Pero tampoco ahora complacerá a nadie, porque la organización lo ha ratificado para el próximo año.

Aquí no debemos quitarle mérito al pitcheo de los Padres. Sus abridores y el bullpen supieron bajar las cortinas a los cañonazos de largo alcance que caracterizaba a este equipo que bateó de manera colectiva 212 cuadrangulares y que remolcó 812 carreras, limitándolos a sólo 4 vuelacercas y 11 carreras remitidas.

Los Padres jugaron con otra motivación tras clasificarse como uno de los tres comodines y luego de superar a unos Mets que terminaron estancándose en los últimos juegos después de liderar prácticamente su división toda la campaña.

Ganar más de 100 juegos en la temporada regular no garantiza nada a nadie. Los Dodgers lo vivieron, como también los todavía campeones mundiales Bravos de Atlanta y Mets de Nueva York. Ninguno de ellos administró baterías para la postemporada porque se fueron a las primeras de cambio.

Sólo quedó un sobreviviente de centenar de victorias, los Astros de Houston, que con Dodgers y Bravos fuera, parecen haberles limpiado el camino para llegar y ganar la Serie Mundial, sin demeritar desde luego a Yanquis y Guardianes, quienes se jugaban en un quinto y decisivo partido (al momento de redactar estas líneas) el avance la serie de campeonato de la Liga Americana.

 

Fuente: Internet

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Luis Alfonso Félix

Columnista

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