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De mentiritas ciertas

Culiacán del caos vial, los retenes, baches y topes, Sinaloa, 25 de marzo 2019. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN, mejor conocida como...

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Culiacán del caos vial, los retenes, baches y topes, Sinaloa, 25 de marzo 2019. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN, mejor conocida como la “suprema corta”) declaró “constitucionales” las inspecciones policiacas (y de todo tipo, incluidos militares y otros agentes de filiación muchas veces desconocida) a personas o automóviles sin orden judicial o ministerial.

Tratando de enmendar un evidente despropósito (y una violación constitucional) la “suprema corta” incluyó dos limitantes al delito retenero: tales “inspecciones” solamente se pueden hacer en caso de flagrancia (lo que ya está en la ley y es admitido por todos) o de “sospecha razonable”.

La puerta a la violación constitucional queda abierta con tal agregado: la “razonable” sospecha de gendarmes y militares que la aplicarán (aplican) a su completo arbitrio, además que, en general, no cuentan con la calificación necesaria para juzgar con la debida atingencia.

El pleno de la suprema corta aprobó el desaguisado “por mayoría de votos” y reformó tres artículos del Código Nacional de Procedimientos Penales, a propuesta del ministro Javier Láynez (uno de los millonarios juzgadores que no se bajaron de manera seria su ofensivo “sueldo”).

Decidió la corta que “son constitucionales los artículos 132, fracción VII; 147, tercer párrafo; 251, fracciones III y V, 266 y 268”, los mismos que fueron impugnados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por ser evidentemente violatorios de las garantías individuales”.

A la “corta”, que ahora está a las órdenes del poder de la “cuarta”, le vale. Unas por otras.

ES QUE LO NEGRO ES BLANCO ¿O NO?

Así las cosas, los inefables ministros de la corta avalaron el proyecto de Láynez, donde se establece que los argumentos de la CNDH son infundados, porque “las inspecciones policiacas constituyen controles preventivos y provisionales autorizados al amparo. De la prevención y persecución de delitos, así como su investigación”.

En la tandariola para tratar de justificar lo injustificable (es una violación constitucional, por donde se mire) el ministro presidente de la corta, Luis María Aguilar Morales, dijo que “las inspecciones son una medida proporcional, idónea y con un fin constitucionalmente válido, de proteger la seguridad pública y los derechos de las víctimas de delitos”.

Habrase visto. Son los tiempos de la “cuarta”.

Pero hay quienes, algunos de buena fe y otros en una defensa cuasi irracional de la oficialidad en turno, no entienden que es una cuestión de principio y fundamental en lo que toca al respeto de los derechos humanos.

CASI EN LA CALLE

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) han criticado, justamente, las condiciones en que se mueve el periodismo mexicano.

“La concentración en la propiedad y el control de los medios de comunicación limita seriamente el vigor, la diversidad y el pluralismo en el debate democrático en México”, concluyen.

Pues sí. La cuestión es qué se puede hacer, cómo y de qué manera en un entorno donde los monólogos oficial y empresarial no admiten, en los hechos, en los resultados evaluables, réplica.

Ese es, precisamente, el punto, la discusión pendiente (esperando que no fuera simplemente una catarsis más); desde luego, también en primer lugar, los casos puntuales de agresiones y asesinatos contra periodistas en el país.

EL MUERTO QUE VOS MATAIS…

Mientras los banqueros están ganando más que en similares periodos anteriores (más de 16 mil millones de pesos en un mes); aseguradoras y telefónicas hacen su agosto; el SAT persigue a pequeños empresarios y solapa a los grandes, mientras todo eso sucede, Andrés Manuel López Obrador decretó “el fin de la época neoliberal, una pesadilla que padeció el país durante 36 años”.

En lo que se antoja mera palabrería, sin sustento en la realidad que sigue viviendo este país, las notas bien vestidas agregan que durante el foro “Planeando Juntos la Transformación de México, sentenció: Quedan abolidos el modelo neoliberal y su política de pillaje antipopular y entreguista”.

Si los hechos no se corresponden con las palabras, prudencia, al menos, es lo que se requiere, porque lo inconcuso es que el neoliberalismo está más que vivo en este país que ves.

EN EL TINTERO

-Con toda honestidad intelectual, los radicales apoyadores de AMLO (hay quienes apoyan, pero sin estridencias ni maniqueísmos) debieran ubicar las cosas con precisión. Si de geometría política se trata, la cuestión es: ¿representa el nuevo gobierno a la izquierda histórica del país? ¿Es su propuesta la de un cambio radical, de fondo, que atienda a las bases mismas del sistema?

–Bien por los paliativos que llegan, pero en opinión del escribiente (demodado marxista) la respuesta en ambos casos es negativa.

– ¿Entenderá, por ventura, el alcalde de Culiacán que no llegó ahí por sus méritos, sino por la coyuntura electorera que igual llevó a no pocos arribistas impreparados al congreso y los Ayuntamientos? –Al parecer no lo entiende y quizás se lo va a tener que decir Andrés Manuel.

– ¿Qué leen, si es que leen, los diputados de aquí y de allá? –Parece asunto menor. No lo es.

-Esta columna aparece en “Vértice de Sinaloa” (verticedesinaloa.net); Línea Directa (https://www.lineadirectaportal.com); Didáktica (http://www.didaktica.com); Sitio Telles (http://www.jorgeluistelles.com) y en “Voces del Periodista”, revista del club de periodistas de México (vocesdelperiodista.com.mx). ([email protected]).

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Jorge Guillermo Cano

Jorge Guillermo Cano

Columnista

Jorge Guillermo Cano

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