Durante el mes de septiembre las autoridades estadounidenses dieron a conocer la cifra récord de más de 2 millones de inmigrantes detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos, cifra que supera con creces los 1.7 millones de detenciones del año pasado. Sólo durante el mes de Agosto, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por las siglas en inglés) detuvo a 203.598 personas, proyectando que para el cierre del año fiscal 2022 (30 de septiembre) haya un aumento a 2.3 millones de detenciones.
Este hito llega en un momento de tensión política para la administración de Joe Biden, encontrándose en puerta las elecciones intermedias del 8 de noviembre, en las que 36 estados elegirán gobernadores y se renovará la Cámara de Representantes en su totalidad y un tercio del Senado. Si bien, el flujo de migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos aumentó de manera drástica con el inicio de la presidencia de Biden, ¿cuáles son las razones de esta cifra récord? Según los expertos, las causas recaen en los problemas económicos y los desastres naturales de Guatemala, Honduras y El Salvador, mientras que en los casos de Cuba, Venezuela y Nicaragua se debe a los problemas económicos relacionados con la situación política.
Los migrantes provienen en su mayoría de México y los países del Triángulo Norte de Centroamérica, con 744.000 detenciones de nuestros connacionales. Cabe destacar que la CBP ha reportado cambios en los patrones migratorios correspondientes al mes de agosto, en el que la cantidad de migrantes de México, Guatemala, Honduras y El Salvador disminuyó 43% con respecto a agosto de 2021. Por su parte, durante el mismo período, la migración de Venezuela, Cuba y Nicaragua aumentó 175%.
¿Cuál ha sido la respuesta de la administración de Biden? El mandatario estadounidense ha explicado ante los medios de comunicación que se encuentra trabajando con los gobiernos de México y Centroamérica “para frenar el flujo migratorio”, a la vez que resalta su atención para trabajar con Venezuela, Nicaragua y Cuba. Por su parte, el comisionado de la CBP, Chris Magnus, expresó en un comunicado que “los regímenes comunistas fallidos en Venezuela, Nicaragua y Cuba están impulsando una nueva ola de migración en todo el hemisferio occidental, incluido el reciente aumento de encuentros en la frontera suroeste de los Estados Unidos”. Así mismo, el presidente Biden comentó que la deportación de inmigrantes de vuelta a estos países “no es racional”, y que las dificultades en las relaciones diplomáticas obstaculizan este proceso.
¿Y cómo ha respondido la oposición? La presión de los opositores ante el manejo migratorio, ha ocasionado que gobernadores republicanos utilicen a los inmigrantes como parte de su estrategia política, trasladándolos en autobuses y aviones hacia estados de gobiernos demócratas como Chicago, Washington y Nueva York. Incluso, han amenazado con enviar personas al estado natal de Biden, Delaware.
Los funcionarios de la administración del demócrata sostienen que están trabajando en un sistema de atención migratoria “seguro, ordenado y humano”, mientras que culpan a la administración de Donald Trump por obstaculizar los canales legales para la migración. En especial, hacen referencia al Título 42, implementado en 2020 con la finalidad de prevenir la propagación de la covid-19 en los centros migratorios de detención, que permite la expulsión automática de inmigrantes que buscan ingresar a Estados Unidos. Esta medida, según los funcionarios de la CBP contribuye “a que una mayor cantidad de migrantes realice múltiples intentos de cruzar la frontera”.
La administración de Biden se movilizó para eliminar el Título 42, ya que es fuertemente criticado por grupos defensores de derechos, pues priva a los inmigrantes de la oportunidad de permanecer de manera documentada en el país, vulnerando a su vez el derecho a la solicitud de asilo, sustentado por la misma ley estadounidense y el derecho internacional. Sin embargo, los intentos de derogar el título fueron bloqueados en un tribunal federal la primavera pasada.
Joe Biden, el demócrata que llegó a la presidencia con el manejo de la migración como una de sus grandes promesas de campaña, declarando que modernizaría el sistema de inmigración, daría la bienvenida a los inmigrantes en las comunidades estadounidenses y reafirmaría el compromiso de Estados Unidos con los solicitantes de asilo y los refugiados, hoy en día se encuentra en una difícil situación hacia sus previos compromisos que podría jugar en su contra en las próximas elecciones. El 8 de noviembre, veremos el sentir del pueblo estadounidense reflejado en las urnas, esperemos entonces a conocer sus resultados y cómo estos podrían afectar el resto de su administración.
