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Burda intervención

Si alguna muestra hay de gobiernos fallidos en el mundo, bien se puede empezar por Estados Unidos y Canadá, además de la mayoría de Europa, el...

Jorge Guillermo Cano
Jorge Guillermo Cano | Jorge Guillermo Cano

Si alguna muestra hay de gobiernos fallidos en el mundo, bien se puede empezar por Estados Unidos y Canadá, además de la mayoría de Europa, el mal llamado “primer mundo”, pues.

Los dos países del norte de México viven tiempos de profunda descomposición social, con una subcultura política alarmante, equívoca y confusa; un sistema educativo con graves fallas, una desigualdad extrema que no permite a sus mayorías acceder a una vida digna y justa; decenas de miles sin casa, viviendo bajo puentes, en las calles; violencia desatada con víctimas inocentes, armamentismo imparable, racismo y xenofobia.

Sin duda, esos son gobiernos fallidos.

MÁS QUE BOTONES

Ya han cobrado fama, pero están desde hace mucho: los “skid row” (la fila de los caídos) en prácticamente todas las grandes ciudades de Estados Unidos y Canadá.

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A unas pocas cuadras del centro de Los Ángeles, “homeless”, drogadictos y delincuentes; calles cerradas, atiborradas de carritos de supermercado y tiendas de campaña, donde viven los desposeídos.

Igual, la Kensington, en Filadelfia; el Tenderloin, en San Francisco; las zonas vedadas en el Harlem y el Bronx de Nueva York; lo mismo en Portland, Seattle, Atlanta, Chicago, Las Vegas, en todas partes.

En un informe oficial de su Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, se estima que actualmente hay en Estados Unidos cerca de 700 mil personas sin techo, la mayoría latinos y afro estadounidenses, pero cada vez más anglosajones.

En Canadá, la Comisión de Derechos Humanos de ese país informa que, en los últimos cinco años, los campamentos de personas sin hogar, las llamadas “tent cities” (ciudades de casas de campaña) proliferan en Vancouver (donde la calle Hastings es muestra palpable del retroceso social), Toronto y Montreal, además de otras.

La lista podría seguir, se queda corta.

EL IMPRUDENTE INTERVENCIONISTA

Es en ese contexto, que pretende ignorar el protagónico injerencista embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, que de manera “desafortunada e imprudente”, como la calificó el presidente López Obrador hoy, se mete en asuntos que competen solamente a los mexicanos, siguiendo la pauta intervencionista de su gobierno, al servicio de los dueños del dinero en su país.

De manera ofensiva, Salazar descalificó la iniciativa de Reforma Judicial que apoyan 36 millones de mexicanos, amagó a nuestro país y se quiso erigir en guía y hasta jefe de la política mexicana.

Unos días antes había mostrado acuerdo con la elección de jueces, lo que se hace en 43 estados de su país, pero de pronto cambió radicalmente su postura, luego de encuentros con representantes de la oligarquía mexicana y recomendaciones de potentados trasnacionales.

Dijo Salazar que si se eligen los jueces en México, como se hace en su tierra, sería “más fácil que los cárteles y otros actores malignos se aprovechen de jueces inexpertos con motivaciones políticas” y, como el país todo es corrupto, se colige, “no se resolvería la corrupción judicial”.

LAS RESPUESTAS DAN PARA MÁS

Si bien el presidente López Obrador, durante su conferencia matutina desde Palacio Nacional, justamente recriminó a la embajada de Estados Unidos lo que sin duda es una “falta de respeto a la soberanía” de nuestro país, por las declaraciones de Salazar sobre la reforma judicial, agregando que es “una burda actitud intervencionista”, es claro que las repuestas tendrán que ir más allá.

Por su parte, el embajador de Canadá, Graeme C. Clark, también metiéndose en lo que no le compete, señaló que “los inversionistas de su país tienen preocupaciones sobre el cambio, porque quieren estabilidad”.

“Mis inversionistas están preocupados (por la reforma y la muy probable salida de jueces que bien conocen); quieren estabilidad y un sistema judicial que funcione si hay problemas” (con sus trácalas) dijo.

ESTÁ BASTANTE CLARO

La oposición a la reforma judicial es parte del manejo político de la oposición pagada por Estados Unidos, enfocada en la descalificación del gobierno mexicano, con la satanización mediática siguiendo un curso programado.

Los banqueros gringos amenazan a México, los patrones de la privada iniciativa, lo mismo. Los personeros de los medios y “políticos” infumables, igual. Más claro ni el agua: en efecto, quieren un poder judicial a modo, como el actual, corrupto y vendido al mejor postor.

EN EL TINTERO

-Nada nuevo que el protagónico embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, se meta en asuntos internos de nuestro país, para apoyar a sus socios y servidores del prianismo, a la privada iniciativa y sus cómplices promotores de la intervención extranjera. ¿Lo seguirán dejando atacar nuestra soberanía? ([email protected]).

Fuente: Internet

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