Dicen que Omar García Harfuch, secretario de seguridad federal es Batman. Desconozco de dónde salió esa comparación, pero el mote se le quedó. El gran problema con esas comparaciones radica en que nuestro Batman es chilango y la Ciudad Gótica le queda a más de 1,500 kilómetros al norte de donde vive. El Batman bananero no es residente permanente de la Gótica Sinaloense; conoce de las fechorías de sus archienemigos a través de notas de algunos párrafos que le son enviados en fichas e informes de seguridad. Tengo que reconocer que en la entrega anterior solicité de manera muy atenta que nuestras autoridades federales se trasladaran a vivir una temporada entre nosotros, afortunadamente coincidió la petición con el viaje.
La fortaleza de Batman (Según los comics) radica en ser considerado el mejor investigador del mundo. El señor de la noche tiene una capacidad superior al momento de recabar los datos de las escenas del crimen. Cada pequeño detalle lo acerca a las capturas del Pingüino, Guasón. Hiedra Venenosa, etc. El Batman chilango pocas veces se aparece por las escenas del crimen. Ni siquiera parece estar bien a bien enterado de lo que sucede alrededor. El señor Harfuch en más de una ocasión se ha mostrado ignorante de lo que sucede en la Gótica Sinaloense.
Durante las conferencias de prensa de la presidenta, el señor murciélago, ha ofrecido datos que son desmentidos o contravenidos horas después. En algún momento informó que la Feria Ganadera se mantenía en pie. Hasta prometió brindar más seguridad. El problema fue que un día antes la feria ya había sido cancelada de manera oficial. La semana pasada cayó en una contradicción más: Informó que una explosión de un automóvil en Culiacán que sacudió buena parte de la capital sinaloense se debió a un dron. El secretario de seguridad del estado declaró minutos después que se trató del tanque de combustible de la unidad y el gobernador cerró el día diciendo que fue un petardo transportado por un dron. Todos revueltos y enredados.
Hay muchas versiones de Batman. Existen la de los comics, variadas reproducciones en el cine, dibujos animados, series televisivas y novelas gráficas. Para algunos, García Harfuch es el Batman de Nolan. Es un caballero de la noche altamente capacitado y entrenado en todas las artes de la guerra que busca rescatar a Gótica de las garras del crimen organizado; sin embargo, para otra buena parte de la población, el Batman de Harfuch se asemeja más a la versión del señor Adam West de los años 60’s y 70´s. Un Batman bastante kitsch más parodia y caricatura que un personaje que infunde miedo a sus enemigos.
Nuestro Batman chilango aterrizó en Gótica en medio de balas e incendios. La primera acción que tomó nuestro mamífero alado fue anunciar la incautación de un cargamento histórico de pastillas de fentanilo. Algo no me cuadra. El gobierno anterior nos decía hasta el cansancio que no había fentanilo en México. Que todo era un invento de los medios estadounidenses para desprestigiar a la 4t. Parece que de golpe y porrazo, en solo tres meses, los delincuentes mexicanos consiguieron 20 millones de dosis (cifra oficial de la incautación) para su distribución.
Se me vienen a la mente tres preguntas: ¿Siempre existió el fentanilo en México? ¿El tráfico de fentanilo comenzó en este gobierno? Si las aduanas ya están en manos de militares ¿Por qué siguen llegando los precursores al país? Ojalá nuestro Batman ampliara un poco más sobre esa información. No quiero pensar que su viaje a Sinaloa únicamente tenga que ver con mandar un mensaje al señor Trump que ya estamos trabajando en lo que nos ordenó.
Entiendo que la crítica puede ser muy fuerte a las autoridades e, incluso, pueden rayar en lo grosera través de ironías y sarcasmos, pero es la única arma que nos queda a los ciudadanos. Por tres meses hemos estado viviendo un deterioro sostenido de nuestra calidad de vida. Las promesas de las autoridades parecen burlas y los resultados son paupérrimos. García Harfuch declaró la semana pasada que la paz en Sinaloa tomará tiempo. Algunos se pueden dar el lujo del tiempo, pero la enorme mayoría de la población no. Estoy de acuerdo que las cosas pueden requerir paciencia; sin embargo, no hay nada más frustrante que no ver ni un solo avance.
Las construcciones de edificios requieren largos períodos, pero puedes ver pequeños avances con el paso de los días. No es así en materia de seguridad. Dos o tres días sin violencia no significa que las cosas mejoran. Deseo con todo el corazón, García Harfuch termine esta cruzada como un verdadero Batman: de pie, con su capa ondeando sobre los edificios de una Ciudad Gótica segura bajo sus pies. Por otro lado, espero que Harfuch no termine bailando el Batituist en medio de coreografías a psicodélicas rodeado de onomatopeyas de Kboom y demás folclor del Batman decadente de la serie de televisión. Seguimos exigiendo justicia sea de Batman, Superman, Linterna Verde o de algún simple Secretario de Seguridad.
¿Usted qué opina, amable lector? ¿A qué Batman se parece Harfuch?
