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Agricultores en problemas

No es nada halagador el panorama para el agro sinaloense. La certeza que se tiene es la postura que parece irreductible del gobierno federal de privilegiar...

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No es nada halagador el panorama para el agro sinaloense. La certeza que se tiene es la postura que parece irreductible del gobierno federal de privilegiar la agricultura más vulnerable, lo que de ningún a manera se cuestiona, y postergar cualquier respaldo a los que considera “productores ricos”, como los de Sinaloa.

Tampoco es un mensaje esperanzador la amenaza lanzada por el propio presidente de la República a los agricultores que decidieran presionar mediante el bloqueo de carreteras o toma de casetas de cobro, de detenerlos.

Poco optimismo puede generar el que la lucha no se mida con la misma vara a todos. La amenaza del ejecutivo federal a los productores sinaloenses llegó cuando el bloqueo de las vías ferroviarias de parte de maestros de la CNTE dejaba miles de millones de pesos en pérdidas, sin que ello tuviera consecuencia jurídica alguna.

Y menos entusiasmo les debe producir el que tras subirse a la carretera Internacional a la altura de Guasave, los agricultores que se atrevieron fueron descalificados por la propia presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado y líder de la fracción de Morena, Graciela Domínguez Nava, quien bien pudo convertirse en una interlocutora adecuada con el gobierno federal y de quien se esperaba una postura solidaria con los hombres del campo.

El remate, por si alguna esperanza mantenían quienes nada regalado exigen, sino solo condiciones justas y dignas para dedicarse a la actividad que conocen, fue la respuesta cantinflesca y llena de desprecio de Víctor Villalobos, Secretario de Agricultura del gobierno federal en su más reciente visita a Sinaloa.  Que no esperen nada para este año, que si acaso para el 2020, les dijo.

Hay hechos irrebatibles que explican el desespero de los productores agrícolas sinaloenses ante la desigual carrera entre precio del maíz y los costos de producción.

Veamos. En 2013 el precio del diésel, el principal combustible usado en la actividad, rebasaba apenas los 11 pesos por litro, mientras que la cotización del maíz al inicio de la cosecha del ciclo otoño-invierno 2012-2013 estaba a un poco más de los 4 mil 200 pesos la tonelada.

Bajo esos números, con lo equivalente de la venta de 2.62 kilogramos de maíz blanco en Sinaloa el agricultor podía comprar un litro de diésel.

Seis años después, con el precio del diésel por el orden de los 22 pesos el litro, y una posible cotización de 3 mil 960 pesos la tonelada de maíz, los productores requieren de en promedio 5.65 kilogramos para tener un litro de diésel.

Otro ejemplo. En 2013 el costo del seguro agrícola para el maíz otoño-invierno fue de 1 mil 003 pesos por hectárea. Con la venta de 238.8 kilogramos se protegía una hectárea.

Ahora, en 2019, el costo del seguro por hectárea para el mismo cultivo es de 1 mil 721 pesos por hectárea, lo que implica que para proteger una hectárea necesita 434 kilogramos del cereal.

Si esto está ocurriendo con esos dos insumos insustituibles, hay otros cuyo comportamiento en precios ha sido aún peor, como la semilla y el amoniaco.

Si quienes ahora están en el gobierno dicen que ellos no provocaron esto, se entiende, pero a lo que no tienen derecho es a no reconocer que ahora le corresponde a ellos atender el problema, con responsabilidad, con seriedad, y no descalificando y arremetiendo contra los agricultores que se atreven a levantar la voz, como hasta ahora ha sido el caso.

Y hoy en un cambio de gobierno, precisamente es lo que esperan los agricultores, que las cosas sean diferentes, que los entiendan y que les den un trato más digno. Nada más.

Fuente: Internet

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