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De Miserias y Miserables

La miseria humana se puede entender de muchas formas. En lo particular me gusta la definición que la describe como el rasgo de personalidad que potencializa...

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La miseria humana se puede entender de muchas formas. En lo particular me gusta la definición que la describe como el rasgo de personalidad que potencializa nuestros defectos sin razón aparente. Es toda actitud personal que daña a otros, a uno mismo y sale del control de nuestra voluntad. Todas las personas tenemos, al menos, una miseria. En algunos son más visibles y en otros son más dañinas.

La gran mayoría de las actividades humanas tienen su dosis de miseria; sin embargo, por alguna extraña razón, es en la política donde miseria y miserables tienen un lugar idílico para florecer cual hierba en campo fértil. A últimas fechas, en Culiacán, estamos viviendo miserias humanas desbocadas. El alcalde, Jesús Entrada Ferreiro está enfrascado en una lucha con los poderes ejecutivo y legislativo para mantenerse en el puesto.  El propio Feliciano Castro, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado de Sinaloa, describió este proceso como un compendio de miserias humanas. Estoy de acuerdo con él.

Durante décadas, el régimen priista fue un invernadero de miserias humanas. Todos los pecados capitales, veniales, por relación del autor o del acto estaban permitidos. Pocos incautos eran castigados por entregarse a su miseria personal. Aun así, dentro de esa orgia de miserias existía una regla no escrita que todos respetaban: las miserias se tratan de forma interna y los castigos se aplican desde las sombras. Eso se terminó. Para bien o para mal, los políticos mexicanos del siglo XXI decidieron ser miserables de manera abierta y sin tapujos.  

Actualmente penden sobre el alcalde dos procesos legales que amenazan con sacarlo del cargo. Jesús Estrada Ferreiro está acusado en un Juicio Político (solicitados por ciudadanos) por ignorar las peticiones de viudas de policías y otros hechos. Este proceso se encuentra entrampado con un amparo que impide a los diputados sacarlo del cargo hasta no resolver el tema de las viudas de policías.  La semana pasada se abrió otro proceso en contra de Estrada Ferrero. La Fiscalía del Estado de Sinaloa solicitó un juicio de procedencia (desafuero) en contra del alcalde de Culiacán por razones que todavía no se han hecho públicas. En el primer caso, lo peor que podría suceder a Estrada Ferreiro es ser separado de su cargo, pero en el segundo escenario podría llegar a la cárcel si las acusaciones de la Fiscalía avanzan en el camino legal.

Estrada está acorralado. En el terreno político se le terminaron las opciones. Dinamitó todos los canales de comunicación con el gobernador, miembros del gabinete y con el Congreso del Estado. Muchos consideran que su último recurso político es la llamada salvadora del presidente López Obrador. Esta opción se ve cada vez más lejana; sin embargo, esa rendija sigue abierta

La mayoría de los políticos tienen el ego muy inflado. En el caso de Estrada eso es más que obvio, pero el manejo de sus emociones lo condena.  Las miserias humanas terminaron por acercarlo al precipicio. Estrada es al mismo tiempo víctima y victimario, pero sus miserias terminaron por hacer que la gente no lo vea como víctima. Pocos pueden sentir empatía por alguien que en contadas ocasiones mostró cordura frente a micrófonos o reclamos ciudadanos. 

Del otro lado, también hay miseria. Los que quieren sacar al presidente municipal de su cargo lo hacen sin recato, pudor, ética, moral o educación. Es en el congreso del Estado donde se decidirá gran parte de la suerte del imputado, pero es en ese mismo recinto hay quienes ya se están repartiendo el botín del ayuntamiento. Los supuestos jueces ya están en modo carroñero sobre el cadáver político de Estrada Ferreiro. No tienen siquiera la decencia de cuidar las formas. Miserias y más miserias.

A Estrada Ferreiro le queda la vía legal.  Es la que le gusta, pero sus opciones también se le reducen.  Litigiar y gobernar no le será fácil. Seguramente veremos en próximos días una cacería abierta en contra de él y de algunos de sus colaboradores (ellos no tienen fuero; Pueden ser cazados sin muchos obstáculos). Los insultos, descalificaciones, señalamientos y confesiones estarán al orden del día en todos los bandos. Esta no es una lucha por la justicia, legalidad o buenos gobiernos. Es una lucha entre miserias. Ya veremos cual se impone

¿O usted que opina, amable lector? ¿Estrada Ferreiro saldrá por sus malos resultados o por que perdió la lucha de las miserias?

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Juan Ordorica

Juan Ordorica

Columnista

Juan Ordorica

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