Algo no hemos hecho bien en Sinaloa, para enfrentar la pandemia del coronavirus. Cuando menos los fríos números así lo muestran.
Aún hoy en el repunte de lo que se llama “tercera ola” de la pandemia, hay mucha renuencia ciudadana para acatar las recomendaciones elementales como el uso de cubrebocas y la sana distancia.
El riesgo es que las condiciones se pongan aún peor en las semanas próximas.
Las comparaciones estadísticas no nos son favorables, basándonos siempre en las cifras oficiales que dan las autoridades de salud.
A nivel nacional, con 2.6 millones de casos confirmados y 235 mil 074 defunciones, tenemos 2 mil casos de Covid 19 por cada 100 mil habitantes y una tasa de letalidad del 9.06 porciento (en mayo de 2020 era del 9.9 porciento).
En Sinaloa, con 46 mil 653 casos confirmados y 6 mil 537 fallecimientos, las estadísticas muestran que hay 1 mil 541 contagiados por cada 100 mil habitantes y una letalidad del 14.01 porciento (en mayo de 2020 era de 14.46 porciento).
La diferencia entre la mortalidad por Covid 19 a nivel nacional y la de Sinaloa, de casi 5 puntos porcentuales, es preocupante y se debe buscar la causa, porque es incuestionable la entrega y profesionalismo que ha mostrado el personal médico, aún en condiciones adversas para laborar.
Cinco sinaloenses más de los que mueren a nivel nacional por cada 100 enfermos fallecen a causa del Covid 19.
No pueden ser interpretadas exclusivamente como frías estadísticas. Los muertos por Covid en Sinaloa, por ejemplo, representan el 75 porciento de la población total de un municipio como Concordia. O el doble de los habitantes de la comunidad de Tamazula, en Guasave.
Así de grave.
