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Mucha sociedad, poco gobierno

Los ciudadanos sinaloenses ayer cumplimos cabalmente con nuestra responsabilidad cívica de acudir a las urnas para participar en la elección de nuestros gobernantes, la inmensa mayoría...

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Los ciudadanos sinaloenses ayer cumplimos cabalmente con nuestra responsabilidad cívica de acudir a las urnas para participar en la elección de nuestros gobernantes, la inmensa mayoría apegada estrictamente a lo que marca la normatividad de siempre y respetando las nuevas medidas establecidas a raíz de la pandemia que nos aqueja.

Tan cumplió la sociedad, que la participación ciudadana de acuerdo a los resultados preliminares se ubicó por encima del 50 porciento, por abajo de la que tuvo en 2018 pero por arriba de la que se alcanzó en 2016, cuando se tenían en Sinaloa condiciones de “normalidad”, al menos en cuanto a pandemia.

Y también pese a la violencia desatada desde el inicio del proceso electoral hace meses, que ha costado la vida de decenas de los actores políticos en el país y los “levantones”, secuestros, intimidaciones, robo de urnas y boletas, que abundaron en varios municipios de Sinaloa antes y durante la jornada electoral.

Tampoco se encuentra una constante en cuanto a la dirección de los ataques, pues se fueron en contra de personajes identificados con diversos partidos y distintos proyectos en varias zonas del estado.

Se está en espera aún del regreso a casa de algunos de los afectados, donde hay líderes partidistas, activistas políticos, funcionarios públicos y representantes populares.

Los ciudadanos cumplieron. Mostraron que hay mucha sociedad, que ante la amenaza estuvo dispuesta a hacer lo que la responsabilidad cívica aconseja, aún con la advertencia de los riesgos que ello implicaba. 

El gobierno quedó a deber, mostró su debilidad, no fue capaz de garantizar algo tan elemental como es la seguridad a los votantes. Los dejó a merced de esa minoría violenta que los hizo sentir en absoluta vulnerabilidad. 

Mucha sociedad para poco gobierno, que permitió a plena luz del día y lugares concurridos el avasallamiento de casillas, las amenazas a funcionarios y el robo de boletas, replegando a la propia autoridad electoral que se vio obligada a suspender la votación en algunos lugares debido a la falta de garantías para los votantes y los funcionarios voluntarios.

La jornada electoral de ayer en Sinaloa no se desarrolló de una manera que se convirtiera en un motivo para que nos sintamos orgullosos, pero cuando menos se pudo realizar.

Tampoco creo que las acciones violentas hayan tenido una influencia mayor para que se dieran los resultados que se dieron. Pero son hechos que no se pueden permitir.

Fuente: Internet

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