La semana pasada el ex candidato del PRI a la gubernatura de Sinaloa, Mario Zamora, presentó una impugnación a la elección en la que resultó ganador Rubén Rocha Moya, abanderado de la fórmula Morena-PAS.
Al día siguiente la dirigente del Comité Directivo Estatal del PRI, Cinthia Valenzuela, y el Secretario General, Sergio Jacobo Gutiérrez, además de quien será el coordinador de la fracción priista en el Congreso del Estado, Ricardo Madrid, se desmarcaron de ese recurso.
Valenzuela, quien será diputada local por la vía plurinominal, dijo que “hay que darle la vuelta a la página, la elección ya terminó y pasó, se entregaron las constancias a los ganadores. Ya se reconoció que el resultado no nos favoreció a nosotros y debemos continuar en lo que corresponde”.
Madrid, que será también legislador local por la misma vía, dijo que “en el PRI no estamos de acuerdo con algunas expresiones del senador Mario Zamora en contra de la elección. En el PRI queremos dejar atrás el proceso electoral y construir acuerdo para que a Sinaloa le siga yendo bien”.
Sergio Jacobo al deslindarse de la impugnación apuntó algo que no es ni remotamente creíble, y si en cambio es hasta un insulto a la inteligencia de los priistas: “En Sinaloa el PRI, lo hemos dicho, está fuerte, está unido, está cohesionado. No hay en Sinaloa ninguna división, ninguna fractura en el PRI”.
Hay que decirlo: este recurso interpuesto por el excandidato y respaldado por la dirigencia nacional priista, no va revertir el triunfo de Rocha Moya, pero es importante que se haya hecho.
Y apunto solo un par de motivos. Uno. No van a corregirse posibles irregularidades electorales en el futuro, si no se reconoce que hoy están pasando. Lo sucedido en Sinaloa en la jornada electoral fue muy grave y merece mantenerlo en el debate público y en instancias legales que se tienen para dirimir este tipo de asuntos.
Y dos: Por respeto a centenas de militantes priistas que fueron hostigados, levantados, secuestrados y golpeados. Ese miedo que padecieron, esa frustración, los golpes que recibieron, vale la impugnación. Mal hacen sus líderes en abandonarlos.
No es cierto que todo está tranquilo y como si nada hubiera pasado en el PRI, como lo quiere hacer parecer Sergio Jacobo. Eso es una vil mentira. Hay una fuerte corriente de inconformidad que puede convertirse en desbandada.
Con estas posturas lo que se provoca es que los nuevos liderazgos priistas estén naciendo muertos.
