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Estrategias de cobardes

La primera mitad del periodo de campañas políticas no ha transcurrido precisamente en un ambiente de civilidad y respeto entre los contrincantes o entre sus equipos...

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La primera mitad del periodo de campañas políticas no ha transcurrido precisamente en un ambiente de civilidad y respeto entre los contrincantes o entre sus equipos o simpatizantes, pero lo que resta puede venir peor.

En el desespero se suelen tomar decisiones ruines y miserables, ensuciando no solo a los protagonistas sino también a sus familias.

La guerra sucia, campañas negras, golpes bajos, fuego amigo, o como se le quiera llamar a las cuestionables estrategias a las que se recurre para desacreditar al adversario, crispa el ambiente, eleva el descrédito de la clase política y aumenta la desconfianza ciudadana.

Imposible pedir tolerancia y respeto cuando las ambiciones se desbordan y entre los aspirantes a un puesto de elección popular se recurre a la denostación y al desprestigio en vez de privilegiar ideas y trayectorias de trabajo.

La denuncia documentada contra algún aspirante puede ser un llamado de alerta contra un sinvergüenza que busca el poder, pero si esta viene de una fuente identificable, que dé la cara, que no lo haga desde el ruin resguardo del anonimato. Hacerlo desde la oscuridad es solo una cobardía.

Hoy hay muchos avances en medios y mucha más apertura para decir lo que se tenga que decir en contra de quien se tenga que hacer. Están los mismos periódicos, la radio y esencialmente las redes sociales.

En Sinaloa entre simpatizantes de los candidatos de las dos principales fuerzas políticas se ha recurrido a la deleznable estrategia del insulto y a la vil injuria. De ida y vuelta.

En varios municipios ha sucedido. En Guasave empezó a parecer en las redes sociales un video elaborado por un supuesto pasquín para el que alguien paga publicidad para intensificar su difusión, en el que se ataca de manera cobarde a uno de los candidatos a la alcaldía.

Eso no se vale. Ni a nivel estatal ni municipal se puede permitir que algo así sea parte de la normalidad, porque hacerlo solo brinda validez a tan despreciable cuanto cobarde método.

Fuente: Internet

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