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¿Eres una mala madre? Cambia el concepto y libérate de culpas

Hagamos un ejercicio. Tomate unos segundos para pensar en el concepto que tienes de mamá y en todo lo que implica ser madre. Tal vez vengan...

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Hagamos un ejercicio. Tomate unos segundos para pensar en el concepto que tienes de mamá y en todo lo que implica ser madre.

Tal vez vengan a tu mente palabras o conceptos como abnegación, amor incondicional, entrega, lealtad o sumisión o algún otro que implique el “darlo todo por alguien más”.

El síndrome de la mala madre es algo que existe a pesar de que el pensamiento ha evolucionado alrededor del concepto de ser mujer.

Aun en estos tiempos, nos encontramos con una sociedad que todavía ve con malos ojos a las mujeres que por decisión invierten su tiempo en cuestiones ajenas a la maternidad como su preparación académica, su cuidado personal o su carrera profesional.

Para muchos el concepto de madre todavía hace referencia a esa persona incondicional incapaz de fallar. Es esa figura que renuncia a todo para que los demás estén bien. Ser madre, aun en estos tiempos, para muchos significa ser paciente y abnegada.

Este concepto viene de la época en que las mujeres se educaban para ser buenas esposas, compañeras y buenas madres.  Cuando solo se dedicaban a cuidar y organizar el hogar. Y aunque sabemos de muchos casos de mujeres que sobresalieron en el ámbito científico, no eran la generalidad.

Los tiempos han cambiado. Ahora el triunfo de la mujer no se mide solo en tener “buenos hijos”. Para ser exitosa hoy en día pareciera que es necesario ser buena madre, buena profesional, tener vida social, conseguir ser independiente tanto en lo económico como en lo emocional, hacer ejercicio, tener buena figura, mantener una buena relación y que sepa llevar la administración del hogar. Se lee muy cansado ¿cierto? Lo es.

Con el paso del tiempo se han ido sumando expectativas, roles y exigencias a la figura de “mujer exitosa” esperando que lleguen a ser “mujeres orquesta” con la atención en todo y sin estar plenamente en nada. Y cuando estas expectativas no se cumplen llega la autocrítica, el auto castigo. Hay mujeres que llegan a creer ser malas madres por no cumplir con las expectativas o el modelo que se ha establecido.

Si encuentras tu propio equilibrio entre tu trabajo, tu familia, tu vida social y el tiempo que dedicas para ti, vivirás más tranquila que si vives intentando cumplir con estándares o modelos que no corresponden a tu situación.

Para lograr este equilibrio permíteme proponerte estas ideas:

No te califiques como madre en función de la cantidad de tiempo que le dedicas a tus hijos. Es más importante la calidad de la relación y el vínculo que puedas establecer con ellos. Tampoco te critiques por dedicar parte de tu tiempo a actividades ajenas a la maternidad como hacer ejercicio, leer o salir a tomar un café con las amigas. La creencia de que la maternidad es suficiente para que te sientas “completa”, no aplica para todas.

Cuida a tus hijos con consejos, con guía y educando en valores. Enséñales la diferencia entre lo correcto y lo que no, y después de eso deja que tomen decisiones. Déjalos que se equivoquen y que aprendan de eso. No eres mejor madre por evitarles las caídas. Ellos tienen que equivocarse y aprender a lidiar con la frustración.

Muchas madres intentan “ayudar” evitando cualquier frustración y obstáculo que se le pueda presentar a sus hijos. Les hacen las tareas de la escuela, les limpian la habitación o se encargan de cosas que les corresponden a ellos. Con esto lo único que fomentan es la irresponsabilidad, el descuido, o la pereza. No te culpes si tu hijo la pasa mal, aprenderá.

No intentes compensar el tiempo con dinero o cosas materiales. No tienes nada que compensar. Trabajar y desarrollarte profesionalmente junto con dedicarle parte de tu tiempo a tus aficiones y momentos de esparcimiento forman parte de construir la plenitud de cualquier persona y tú, además de madre eres persona.

Para que no se presente la “necesidad” de compensar dedícales tiempo de calidad. Cuando estés con ellos intenta comparte el momento plenamente. Si cuando estas con ellos, estás pensando en los pendientes que tienes en la oficina no estarás en ninguno de los dos lados.

Enséñalos a respetar tu tiempo. No eres mala madre por reservar tiempo para ti. Busca momentos y espacios para leer sin interrupciones, para practicar tu deporte o salir a tomar un café con tus amigas. Si enseñas a tus hijos a que SIEMPRE estarás disponibles, entenderán que ellos están por encima de todo y sus necesidades se convertirán en exigencias. Encuentra la forma de equilibrar la balanza para que aprendan a ser pacientes y saber esperar.

No priorices a tus hijos sobre tu relación. Es muy frecuente ver como las parejas terminan dejando de ser pareja para convertirse solo en padres enfocándose únicamente en las necesidades de los hijos y olvidándose de la relación de pareja. Busca momentos y espacios para dedicarse y puedan desconectarse de biberones, tareas, o deberes escolares.

No te valores solo por la relación que tienes con tus hijos. Tú tienes otros roles además de ser madre.

No todo lo que pase en la vida de tus hijos es tu responsabilidad. No te sientas mal si al niño le llaman la atención por un mal comportamiento en la escuela o si tuvo alguna diferencia con un amigo. Enséñales a relacionarse, a resolver situaciones y a reflexionar, pero no tomes responsabilidades de todo lo que hacen. Recuerda que no eres la única influencia en tu hijo, en estos tiempos están expuestos a mucha información además de la que tú le das y pueden copiar modelos de conducta de la televisión, redes sociales, amigos y profesores. No todo puede estar bajo tu control. Busca promover en ellos la comunicación y el respeto y construye un ambiente de confianza para que puedas estar enterada de lo que sucede.

En conclusión, puedes dejar atrás el síndrome de la mala madre a partir de que tú te permitas superarlo. Busca acompañamiento profesional que te ayude a encaminarte en la dirección adecuada y puedas FLORecer en todos los aspectos de tu vida.

Te agradezco cualquier comentario acerca de esta columna y si crees necesitar acompañamiento psicológico profesional con respecto a este tema o conoces a alguien que lo necesite, escríbeme un Whatsapp al número +526671313403 en México y visítame en Facebook en: https://www.facebook.com/sensumpsicologiaycrecimiento/

Te dejo un abrazo.

Juan José Díaz / Psicólogo y psicoterapeuta

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Juan José Díaz Iribe

Juan José Díaz Iribe

Columnista

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