Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) estará hoy en Sinaloa acompañando a los candidatos de su partido en varios eventos de campaña.
¿Ayuda en estos momentos a los candidatos priistas la visita y acompañamiento de su cuestionado dirigente nacional?
Veamos solo dos puntos:
Uno. El líder nacional priista ha sido severamente cuestionado por su presunto enriquecimiento inexplicable, e incluso hay una denuncia sobre esto en la Fiscalía General de la República.
También se ha puesto en duda la veracidad de la información sobre las propiedades que posee, desde antes de que fuera gobernador de Campeche.
Viene a Sinaloa a apoyar a Mario Zamora, el candidato del PRI-PAN-PRD para el que una de sus principales banderas es la transparencia en la lucha contra la corrupción, y además está poniendo la muestra de ello al proponer el “Diez de Diez” en su declaración de bienes, conflictos de interés, antidoping y otros puntos.
Y dos. Alejandro Moreno fue duramente criticado por haberse apropiado del lugar número uno de la lista de candidatos a diputados por la vía plurinominal en la Cuarta Circunscripción, lo que le asegura una curul en la próxima legislatura federal.
Esto lo hizo en medio del escándalo en la distribución de candidaturas plurinominales a hijos, esposas y familiares de influyentes priistas, nominaciones con un fuerte tufo a nepotismo y a menosprecio a los cuadros distinguidos y militancia de su partido.
Con estos antecedentes, ¿qué les va a decir su dirigente nacional a cuadros priistas sinaloenses aún molestos por la manera en que se tomaron las decisiones en la distribución de candidaturas de su partido?
Seguramente nada. De lo que aquí se quejan él lo replicó a nivel nacional, con el agravante de que en beneficio personal al apropiarse de una candidatura que bien pudo ser para un destacado priista, con más méritos y que diera lustre al debate legislativo.
Creo que en nada ayuda a los priistas la visita de su líder a Sinaloa, porque, además, carismático, lo que se dice carismático, tampoco es.
