Ciudad de México.- En una entrevista desde Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador retomó una de sus facetas quizá menos abordadas: qué tantas horas duerme al día, y cómo es su rutina desde que se levanta cada mañana de lunes a viernes antes de trasladarse a sus actividades diarias.
El mandatario federal señaló que entre semana duerme en promedio entre 5 y 6 horas, aunque los fines de semana llega a descansar un poco más.
“No tengo ningún problema de conciencia, de modo que puedo dormir tranquilo. Son 5, 6 horas, a veces 7, los sábados y los domingos duermo más, porque no tengo que levantarme temprano. De lunes a viernes sí duermo menos, porque tengo que estar temprano, antes de las seis [en sus reuniones de Seguridad]”.
Asimismo, habló sobre la rutina que sigue en las mañanas, la cual no es muy diferente que la de cualquier otra persona.
“Vivo en Tlalpan y aún a esa hora que no hay mucho tráfico son 25, 30 minutos a Palacio Nacional. Hay que levantarse y es una rutina: poner la cafetera, tomarnos el primer café para despertar, la rasurada, el baño, el vestirse”, expresó.
En la entrevista que fue concedida a Grupo Acir, el Ejecutivo federal fue cuestionado si este ritmo de vida no va a terminar por agotarlo, lo cual refutó y dijo que está acostumbrado a esto pues así lo ha hecho desde hace muchos años.
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-En términos coloquiales y como usted dice, ¿no se va a cansar el ganso?
“No, no, llevo mucho tiempo trabajando entonces ya estoy acostumbrado, muchísimo tiempo, cuando tuve mi primer trabajo como director del Instituto Nacional Indigenista en Tabasco vivía en las oficinas… La gente llegaba a visitarme [para hacer peticiones] a las 2 o 3 de la mañana”.
López Obrador refirió además que trata de no estresarse mucho y tomar todo con calma, sobre todo desde que sufrió un infarto en el 2013 y dijo que desde entonces debe tomarse sus pastillas para cuidar su salud.
“Antes pensaba yo que el estrés era una exquisitez pequeñoburguesa pero cuando me dio el infarto me di cuenta que sí existe el estrés. Hay que tomar las cosas con calma, no enojarse, pensar más las cosas que uno hace, ser respetuoso, no odiar, no ser rencoroso, no ser vengativo, no es mi fuerte”.
En cuanto a quién le escribe sus discursos, el Presidente enfatizó que él mismo los prepara durante los viajes que realiza, pues se le dificultaría leer algo escrito por otra persona: “yo tengo mi código, mi habla, mi forma de expresarme y de comunicarme con la gente”, apuntó.
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