Veracruz.- El agua de los afluentes que desbordaron el viernes empezó a bajar en decenas de comunidades de Veracruz dejando toneladas de lodo y desamparo entre los pobladores.
Una de las últimas localidades en inundarse fue la colonia Cuenca, de la
congregación Paso del Toro, en el municipio de Medellín de Bravo que se
encuentra ubicada cerca de la desembocadura al mar.
Ahí, la crecida del río Cotaxtla, que alcanzó su nivel crítico con más de siete metros, dejó bajo el agua unas 200 casas; sus habitantes perdieron todo.
Pedro Luna Delgado, director de Protección Civil en ese municipio,
informó que las familias afectadas se encuentran en la primaria Primero
de Mayo, inmueble que fue habilitado como albergue temporal.
Sin embargo, muchos decidieron quedarse a velar en la noche,
con el peligro de un nuevo golpe de agua o que algún animal ponzoñoso
los atacara. Prefirieron eso a dejar al desamparo las pocas pertenencias
que les quedaron servibles.
A lo largo de varios ríos del estado, decenas de comunidades y
pobladores rurales, se reportan afectaciones que ya son calificadas por
el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, como similares a las
sufridas por el huracán Karl, en el 2010.
Aunque en esta ocasión las zonas urbanas afectadas fueron las del centro
de la entidad, en localidades como Orizaba, Río Blanco y Ciudad
Mendoza.
En total, el gobierno estatal calculó un total de 10 mil casas dañadas en toda la entidad por el paso de Ernesto.
Los despiertan a campanadas
En la región del municipio de La Antigua, también azotada por Karl hace
dos años, los pobladores aprendieron la lección y al primer aviso
salieron huyendo de los márgenes para prevenir una inundación como la
del 2010, que dejó medio pueblo anegado.
Jesús Perdomo, miembro de la cooperativa de Pescadores de La Antigua,
relató que era la madrugada, como eso de la 1, cuando las campanas de la
iglesia resonaron en la histórica ciudad.
De inmediato salieron de sus casas y el personal de Protección Civil les
avisó que venía un golpe de agua por lo que todos aseguraron sus
lanchas y huyeron a las zonas altas.
Por fortuna, a diferencia de otras ocasiones, el río que lleva el mismo
nombre que el poblado, sólo subió dos metros y apenas inundó el recién
inaugurado bulevar Ana de la Reguera, lugar construido por la fundación
de la actriz veracruzana.
Por todo el pavimento se observaba el lodo que quedó después de bajar el
nivel del afluente y que dejó como recuerdo a cientos de lombrices que
se retorcían en tierra firme.
Sin embargo, aunque esta vez no hubo inundación en La Antigua sus
pobladores se dicen damnificados porque en esa ciudad no hay más que dos
fuentes de empleo: el turismo y la pesca, ambas imposibles de ejercer
con el río “bravo”.
Perdomo, indicó que desde hace dos años las autoridades empezaron a
dragar el afluente para evitar otra inundación, sin embargo, esto les
afecta ya que las dragas espantan a la fauna marina.
Además, comentó que debido a que sueltan gasolina y aceite, los peces mueren o se van a otras partes con menos contaminación.
“Yo soy de la sociedad cooperativa de esta localidad pero si no tengo
pesca tengo que buscar otras cosas como albañilería y eso si hay chamba
sino tengo que buscar otra cosa”, dijo el hombre.
Y agregó, “no tengo chamba desde que nos pegó el otro huracán, el
huracán Karl, y realmente había gente que decía que ?todo lo que te den
agárralo y guárdalo porque no ahorita pero más adelante vas a
necesitar’, y tenían razón”.
El gobierno estatal liberó ya 985 millones 815 mil 340 pesos del seguro
catastrófico para ayudar a productores agrícolas, sin embargo,
pescadores del estado esperan que el apoyo les llegue a ellos también.
wm
