Tlaxcala.-?
?Chucho?, ?Pedro Navajas?, ?El Compa? y ?El Chulo? fueron entrenados
para esclavizar mujeres. En seis meses y antes de cumplir 18 años
aprendieron a seducir, engañar, manipular, ordenar, traficar con
humanos, extorsionar y comercializar con los cuerpos de las mujeres, a
quienes consideran ?mercancía?.
Las enseñanzas, como ellos las denominan, las aprendieron de una persona
a la que llaman padrino, un hombre con experiencia en explotar
sexualmente a niñas, adolescentes y mujeres mexicanas en el país y el
extranjero.
Los cuatro argumentan que se hicieron ?padrotes? para salir de la
pobreza. ?Antes me dedicaba a vender paletas de sol a sol. Me iba más o
menos porque cuando llovía nada más me mojaba y no ganaba ni un quinto y
tenía que mantener a mi familia, mi esposa y mis dos nenitas. En esos
tiempos me acuerdo que varias veces llegué a golpearme la cabeza en el
carrito de paletas y me ponía a pensar: ¡Dios mío, qué hago para salir
de esta pinche situación! Hasta que decidí y fui a buscar a unos compas
de La Meca para que me echaran la mano? sin su apoyo seguiría jodido?,
dice ?El Chulo?.
Ese es el mismo motivo por el que el poblado de La Meca, en el municipio
de Tenancingo, Tlaxcala, se ha convertido en una especie de universidad
para quienes están involucrados en la trata de personas con fines de
explotación sexual. En La Meca habitan 10 mil personas y se estima que
50% de los habitantes son proxenetas, señala el antropólogo Oscar
Montiel Torres, autor de la investigación ?Trata de personas: padrotes,
iniciación y modus operandi?.
Óscar Montiel estudió el fenómeno relacionado con la trata de personas
desde la perspectiva de los explotadores. Habló con padrotes y ellos le
revelaron su forma de operar. A partir de su investigación y dado que la
explotación sexual de mujeres es una forma de violencia extrema, el
especialista considera que en Tlaxcala, el gobierno federal debe emitir
una alerta de género, según lo establece la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia. De acuerdo con esta
normatividad, dicha alerta se debe emitir cuando los delitos del orden
común contra la vida, la libertad, la integridad y la seguridad de las
mujeres perturben la paz social en un territorio determinado y la
sociedad así lo reclame o bien, cuando exista un agravio comparado que
impida el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres.
Un caso extremo
El Centro de Derechos Humanos Fray Julián Garcés, de Tlaxcala, estima
que en el país al menos 20 mil niños y niñas son explotadas sexualmente.
Desde enero de 2009 a julio de 2010, esta organización detectó 21 casos
de trata de personas en el país, en los que se ubica a Tlaxcala como
lugar de origen de víctimas y tratantes, lugar de tránsito y
explotación.
Las víctimas son originarias de Tlaxcala, Puebla, Morelos, Chiapas,
Veracruz, Tabasco, Oaxaca, DF, Guerrero, Nuevo León, Guanajuato, Hidalgo
y Michoacán. Se menciona a salvadoreñas y guatemaltecas captadas en la
frontera de Sonora, con la promesa de ofrecerles trabajo y bajo pagarles
los servicios de un ?coyote? que las cruzara a EU.
Los lugares de explotación son DF, Tlaxcala, Tijuana, Puebla, Chiapas,
Tamaulipas, Morelos, y algunas ciudades de EU, como Houston, Miami,
Atlanta, Alabama, Carolina del Sur, Florida y Nueva York. En los 21
casos están involucradas 136 víctimas, de las cuales, 33 tenían entre 12
y 17 años de edad.
Según esta organización, las víctimas de la trata de personas viven la
violencia física, pues al negarse a ser prostituidas, las golpean y
violentan psicológicamente para someterlas, sufren amenazas de muerte
para ellas y sus familiares y les retienen a sus hijos. ?La violencia es
extrema, al grado de obligar a las mujeres a colocarse una esponja con
vinagre después de obligarlas a tener entre 20 a 30 relaciones coitales
al día y tener jornadas de explotación de entre 12 a 15 horas diarias
sin descanso?, dice el reporte.
Los tratantes identificados provienen de Tenancingo, San Pablo del
Monte, Papalotla, Zacatelco, Ayometla y San Luis Teolocholco, en
Tlaxcala.
Dilcya Samantha García, subprocuradora de Atención a Víctimas de la
Procuraduría General de Justicia del DF, señala que en la capital del
país hay 80 hombres consignados por el delito de trata originarios de
Tlaxcala. En tanto, la Procuraduría General de Justicia de Tlaxcala
recibió del 2006 a 2008, 57 denuncias por posibles hechos constitutivos
de lenocinio y trata de personas; en 17 se determinaron como actas
circunstanciadas y 40 en averiguaciones previas.
Iniciación y ?modus operandi?
Según la investigación de Oscar Montiel, para ser ?padrote? en Tlaxcala
sólo basta con que la persona se acerque a un amigo o familiar que tenga
experiencia en el ?oficio?. No importa la edad, aunque hay que cumplir
con ciertas reglas.
?A mí me costó mucho ser padrote. Me apadrinaron unos compas de La Meca.
Me traían como criado hasta que después de medio año me empezaron a
enseñar. Y así hasta que yo me convertí en maestro y comencé a enseñar a
mis dos carnales. El más chico me salió bien cabrón, a los 16 años ya
tenía cuatro viejas trabajando?, relata ?Pedro Navajas?.
Su primera estrategia es enamorar a sus víctimas. Algunos recurren a una
práctica cultural que aún es común en el estado y que es el robo de la
novia. ?Por medio del enamoramiento se roban a la mujer, la convencen de
irse con él. Después usan mecanismos sentimentales para inducir y
presionar a la mujer hasta que finalmente es obligada a ejercer la
prostitución?, comenta el antropólogo.
Para enamorarlas, según los explotadores, recurren ?al verbo?. ?Tienes
que demostrar el verbo que tienes. Una ocasión anduve con una chava bien
guapa que se enamoró rápido, es ahí cuando el verbo te sirve para
terapear. Le decía que era lo mejor que me había pasado en la vida, que
me gustaría darle muchos hijos, una buena casa y comprarnos un coche
último modelo. Debes hacer que se acostumbre a la buena vida. Ese es el
primer paso?, dice ?El Compa?.
?Pedro Navajas? habla de la estrategia para traficar con mujeres.
?Después de que la chava acepta irse a vivir contigo la tienes que
empezar a trabajar y convencerla de que su futuro está en otro lado. Tú
le dices que eres comerciante y que tienes una oportunidad en
Guadalajara o donde sea y como tienen 15 o 16 años todavía están
cerradas de los ojos y entonces llegan a un lugar que ni conocen ni se
saben mover y así empiezas a hacer que dependa de ti para todo?.
?Como a la semana -dice- llegas con el cuento de que te encontraste a un
amigo y que está haciendo mucha lana porque su esposa está trabajando
de prostituta. Tú no le propones nada, pero le sigues con el cuento de
que a ustedes les va de la fregada. A los 15 días, cuando la situación
económica ya es insoportable, le dices que no aguantas más y que no
sabes qué hacer y hay veces que caen solas y te preguntan si tu amigo
los podría ayudar para que ella trabaje?.
Una vez que convencen a su víctima, los tratantes comienzan a buscar un
lugar para explotarla: hoteles, bares, cantinas, esquinas, zonas de
tolerancia. Y una vez en sus manos, las mujeres difícilmente pueden
liberarse por muchas razones, pero principalmente por temor, destaca
Hélene Le Golf, coordinadora de la Unidad para la Trata de Personas de
la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México.
?Los tratantes fortalecen la dependencia y sumisión de la víctima por
medio de mantenerla en condiciones extremas de sobrevivencia hasta
llegar a entender que la seguridad de la víctima depende totalmente de
sus captores, mediante el agotamiento físico porque es forzada a
trabajar durante horas y días sin descanso, y el abuso de sustancias?,
comenta.
?Pero no hay que olvidar -comenta Mayra Rojas, directora de la
organización Infancia Común- que aquí el principal responsable es el
Estado, los gobiernos que no han sido capaces de brindar a su población
mejores oportunidades de vida y que orilla a las personas a explotar o a
ser explotadas?.