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México.– Desde que el COVID-19 llegó a México comenzaron a investigar sobre dicho virus que lo provocó, para después dar paso a la realización y aplicación de las vacunas.
Y sobre todo ante esta cuarta ola de contagios por la variante Ómicron no fue la excepción, ya que se decidió aplicar una tercera dosis, la llama “dosis de refuerzo”.
Hasta el día de hoy en México se continúa avanzando en la aplicación de las terceras dosis de diferentes vacunas, uno de los biológicos elegidos para aplicar la dosis de refuerzo es la de AstraZeneca, la cual por medio de un estudio arrojó como resultado que una tercera dosis de dicha vacuna multiplica seis veces su protección.
De acuerdo con datos recabados por la Secretaría de Salud, las dos primeras dosis de AstraZeneca ofrecen una protección del 63.09 por ciento contra el SARS-CoV-2.
Un análisis realizado por el desarrollador de esta vacuna, Universidad de Oxford, mostró que una tercera dosis provoca una mayor respuesta inmunitaria ante el coronavirus.
Los resultados de los estudios arrojaron que el aplicar la tercera dosis seis meses después de haber recibido la segunda multiplicó por seis los niveles de anticuerpos y mantuvo respuesta en las células T; además neutralizó en mayor medida las variantes Alfa, Beta y Delta.
Cabe señalar que la aplicación de la dosis de refuerzo provocó menores reacciones adversas en comparación con la primera y segunda dosis.
Los efectos secundarios más frecuentes de esta vacuna son:
- Dolor en el punto de inoculación o en el brazo.
- Fatiga.
- Dolor de cabeza.
- Dolor muscular.
- Dolor articular.
- Fiebre.
La Secretaría de Salud comentó que todos estos efectos ocurren de intensidad leve a moderada y son entre las 48 horas posteriores a la vacunación.
