?Ciudad de México.-Hasta el 27 de septiembre de 2010, han sido asesinados en México once
presidentes municipales, tres menos que los periodistas muertos en este
periodo.
Este lunes fue encontrado el cuerpo del presidente municipal de Tancítaro, Gustavo Sánchez.
El edil había sumido el cargo en diciembre de 2009 y fue muerto a pedradas, informó la policía local.
La muerte del mandatario es la número once en cuanto a presidentes
municipales concierne tan sólo en este año. Tan sólo en el último mes
han muerto cuatro alcaldes en igual número de entidades.
Prisciliano Rodríguez Salinas, de Doctor González, Nuevo León; Alexander
López García, de El Naranjo, San Luis Potosí; Marco Antonio Leal
García, de Hidalgo, Tamaulipas, y Edelmiro Cavazos Leal, de Santiago,
Nuevo León, son los hechos más recientes de violencia, presuntamente del
crimen organizado, en contra de las autoridades locales mexicanas.
La lista la completan Nicolás García Ambrosio, Oscar Venancio Rivera,
Jesús Manuel Lara Rodríguez, José Santiago Agustín, Manuel Estrada
Escalante y Ramón Mendivil Sotelo.
Es reconocido que el oficio de periodista en México es considerada una
actividad de alto riesgo, a grado tal que el presidente Felipe Calderón ofreció a los comunicadores
poner en marcha un plan para la protección de periodistas que incluirá
protección directa con agentes de seguridad para el reportero amenazado e
incluso cambiarlo de ciudad ante riesgos de ataque.
Con el asesinato de Luis Carlos Santiago, fotoreportero de El Diario, de Juárez, la cifra de periodistas muertos llegó a 14 en lo que va de 2010.
La cifra de comunicadores muertos en 2009 fue de 13, por lo que 2010 ya es un año más violento para fotógrafos y reporteros.
Algunos de los reporteros que han sido asesinados en 2010 son Hugo Alfredo Olivera, de El Día, de Michoacán; Marco Aurelio Martínez Tijerina, del Noticiero Contrapunto; Guillermo Alcaraz Trejo, ex camarógrafo de varios medios, y Luis Carlos Santiago Orozco, de El Diario, de Juárez.
A esto se suma el secuestro de cuatro periodistas por cinco días.
Habrían sido rescatados por la policía federal pero más tarde, Alejandro Hernández Pacheco, camarógrafo de Televisa, pidió asilo político al considerar que se le expuso demasiado en la conferencia de prensa del rescate.