Nueva York — De acuerdo con un testigo del juicio contra Joaquín Guzmán Loera, el expresidente mexicano Enrique Peña Nieto habría aceptado 100 millones de dólares como soborno de parte de narcotraficantes.
El impactante testimonio fue escuchado este 15 de enero en la corte de Nueva York por parte de Álex Cifuentes Villa, traficante colombiano que trabajó de cerca con Guzmán Loera desde 2007 hasta 2013, cuando ambos estaban escondiéndose de las autoridades en uno de los ranchos del Chapo en las montañas de la sierra Madre, en México.
“¿Guzmán le pagó un soborno de 100 millones de dólares a Peña Nieto?”, le preguntó Jeffrey Lichtman, uno de los abogados del Chapo, a Cifuentes Villa durante el interrogatorio de la defensa.
“Sí”, respondió el testigo.
De acuerdo con Cifuentes Villa, el dinero fue entregado por medio de una intermediaria.
Mientras que otros testigos en el juicio de Guzmán, que se realiza en la Corte Federal de Distrito en Brooklyn, han testificado sobre supuestos sobornos de parte de narcotraficantes a integrantes de la policía mexicana y a funcionarios públicos de ese país, las revelaciones sobre Peña Nieto son las acusaciones más escandalosas hasta el momento. De resultar ciertas, indicarían que la corrupción de los cárteles de la droga han llegado a infiltrarse en el más alto nivel del poder político en México.
Desde el comienzo del juicio, en noviembre, se ha sugerido que altos funcionarios mexicanos recibieron dinero sucio. En su declaración inicial, el abogado Lichtman afirmó que su cliente había sido incriminado durante años mediante una conspiración planeada por su socio, Ismael “el Mayo” Zambada García, en alianza con agentes antidrogas estadounidenses “deshonestos” y un gobierno mexicano “completamente corrupto”, incluyendo a dos expresidentes de México.
Entonces, Eduardo Sánchez, el portavoz de Peña Nieto —quien aún estaba en el poder— desmintió vía Twitter lo dicho por Lichtman. El juez a cargo del caso, Brian Cogan, posteriormente advirtió a Lichtman que no prometiera al jurado que escucharía declaraciones si estas no podían ser sustentadas con evidencia del caso.
Cuando estaba por terminar la primera semana del juicio, los abogados de Guzmán informaron al juez Cogan por separado que un próximo testigo, Jesús Zambada García, hermano del Mayo, testificaría, si le preguntaban, que dos expresidentes mexicanos habían recibido sobornos del Cártel de Sinaloa.
No obstante, el juez Cogan prohibió que el jurado escuchara ese testimonio, al aducir que causaría vergüenza a “individuos y entidades” —de quienes no especificó nombres— que no estaban directamente involucrados con el caso.
Hasta el martes 15 de enero, el funcionario mexicano de más alto rango en ser acusado de aceptar sobornos era Genaro García Luna, quien fue secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón. Cuando Jesús Zambada testificó en noviembre, dijo a los integrantes del jurado que se había reunido dos veces con García Luna en un restaurante y que en ambas ocasiones le entregó un portafolios lleno con por lo menos 3 millones de dólares en efectivo.