Cherán, Mich.- Intereses económicos y políticos dañaron la esencia de
servicio a la comunidad de las
escuelas normales, con directivos y líderes estudiantiles
cooptados por los partidos mediante un esquema en el que las plazas se otorgan
a cambio de favores, convirtiendo a las instituciones
educativas en botín
político, afirmaron diversos actores de la problemática
consultados.
Para el historiador michoacano Armando González, las
escuelas normales perdieron parte de su razón de ser a partir de las reformas a
los planes educativos,
y al surgir cotos de poder vinculados a partidos
políticos.
?Se descompone después de que se separa del movimiento
armado, cerca de 1982. Comienza a haber un cambio, porque los estudiantes ya no
reivindican el cambio de un
magisterio liberador, democrático, sino comienzan a ser un
poder de izquierda sólo para cuestionar al gobierno, pero no tratan de
construir una visión en beneficio de las comunidades?.
El también miembro fundador del Frente Democrático
Nacional y ex líder estudiantil de los movimientos de 1966 en Michoacán e
integrante del Consejo
Nacional de Huelga de 1968, explica que parte de este contexto
se dio con las reformas que realizó el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz,
quien en 1969 cerró algunas normales y modificó el plan de estudios.
?Hasta antes de 1969, en la normal se impartía secundaria y una
profesión. Hoy no, hoy la normal al volverse licenciatura fue: secundaria,
bachillerato y cinco años de licenciatura. Contrario a sus orígenes donde sólo
teníamos secundaria y tres años de formación como profesionista, por eso, antes
era una carrera de técnica?,
Para un ex líder de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE), quien pide no revelar su identidad, el contexto actual que enfrentan
las escuelas normales en Michoacán, se origina cuando los directores asumen el
manejo de los recursos en lugar de ser una autoridad meramente administrativa,
encargada de fomentar la autogestión a través de la crianza de ganado y cultivo
de la tierra.
?Antes de las reformas de 1969, los recursos que tenían
las normales eran suficientes, porque había ecónomas (grupos de maestros y
alumnos creados especialmente) que administraban las becas que otorgaba el
gobierno. Las ecónomas
eran responsables de administrar el dinero en beneficio de los estudiantes. A
partir de la década de los 80, esto cambió, cuando el gobierno federal se
convierte en el administrador e instaura un tesorero que emite un informe a la Dirección General de las Normales
para obtener recursos etiquetados?, dice.
El ex líder sindical y maestro de educación básica en la
entidad, señala que esto comienza a generar otros intereses en los comités estudiantiles,
quienes comienzan a negociar con los directores de los planteles para obtener
recursos.
Elvira, estudiante de Pedagogía en la Normal de Cherán,
dice que se ha perdido el orgullo de ser normalista, al surgir intereses
políticos que ?compran? a los estudiantes.
La joven de 20 años considera que algunos de los funcionarios del gobierno
estatal se han olvidado de la esencia de las normales, al citar los nombres de
María Teresa Herrera Guido, secretaria de Educación Pública de Michoacán y
Wilfrido Lázaro Medina, presidente municipal de Morelia, quienes fueron
estudiantes normalistas.
Armando González explica que otro de los factores que
originan la descomposición de las normales, son las plazas magisteriales,
debido a que comienzan a ser vistas como un trampolín para garantizar un
salario y como una forma de ir escalando en los círculos políticos de la entidad.
?Los líderes estudiantiles comenzaron a ser cooptados por
los partidos políticos a través de las plazas. La lógica es muy simple, la de
ofrecer plazas
a cambio de favores, ya que si uno obtiene la plaza podría ser nombrado
director de forma inmediata. Esto te daba poder como directivo y los alumnos
comenzaron a integrarse dentro de la política, por lo que los alumnos ya no
daban clases por buscar un acomodo?, dice el historiador.
En el contexto actual, los estudiantes normalistas
rechazan la reforma
educativa que se planteó en 2009. Los principales puntos a los
que se oponen los estudiantes son la incorporación del idioma inglés y la
computación.
?No es viable para nosotros, porque de qué nos sirve
aprender computación, si en nuestras comunidades ni siquiera hay luz, y el
idioma inglés, para qué lo queremos, es mejor que nos permitan el aprendizaje
de un dialecto?, dijo Luis, estudiante de la normal de Tiripetío.
YRM
