?Ciudad de México.- Durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo las personas
elevan su ingesta de alimentos y bebidas hasta en 50 por ciento o más, lo que
repercute en el aumento de peso corporal y de los niveles de glucosa, colesterol
y triglicéridos.
La nutrióloga Rocío Durán, integrante del equipo de esa especialidad del
Colegio Mexicano de Cirugía de la Obesidad y Alteraciones Metabólicas, precisó
que esas prácticas afectan principalmente a quienes tienen enfermedades crónicas
como diabetes, hipertensión, sobrepeso y obesidad.
Las celebraciones “vienen acompañadas de los deliciosos platillos navideños
que son ricos en sabor y calorías”, y además la gente llega a consumir “entre 30
por ciento y 50 por ciento más de las necesidades nutritivas diarias”, advirtió.
La especialista, quien también participa en el Centro de Nutrición del Centro
Médico ABC de Observatorio, enlistó los peligros a los que se expone la gente en
esta temporada decembrina: alterar los horarios de comida, y comer más porque,
según justifica, se hace ejercicio o duplica la actividad física.
Otro riesgo es aumentar la ingesta de bebidas alcohólicas,
refrescos y grasas, lo que significa un exceso de energía ingerida; y, por
último, preparar alimentos con más grasas, carbohidratos y sales.
Para evitar los riesgos a la salud la experta recomienda no abusar del
consumo de grasas y alcohol, sino hacer pequeñas comidas y no
brincarse horarios del desayuno, comida y cena.
Se debe continuar la actividad física acostumbrada y no disminuirla ni
dejarla para después, por el pretexto de la desvelada o el frío; es decir lo
mejor sería caminar más y no utilizar elevador sino subir las escaleras.
La nutrióloga sugirió también que la gente trate de no dar regalos que
necesariamente sean alimentos sino que opte por otros productos.
Además aconsejó que el día de la cena de Navidad la gente coma normalmente,
ya que de esta manera no tendrá hambre descontrolada cuando llegue la noche, no
sufrirá de ansiedad y evitará comer de más.
Recordó que es importante cuidar la cantidad de comida que se coloca en el
plato, por lo que se debe dividir en cuatro y asignar: un cuarto para los
productos de origen animal (pavo, pollo, pescado), un cuarto para los hidratos
de carbono (pastas, arroz, pan), y dos cuartos para las verduras.
Se debe comer para quedar satisfecho, sin recargar el estómago o sentirse
‘lleno’, y debe mentalizarse para mantener los buenos.
Sin embargo, la especialista comentó que si se come de más no debe
preocuparse, sino retomar al día siguiente los buenos hábitos de alimentación.
