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La derecha supera al PRI en carrera a la Presidencia de México

El PAN gana por primera vez desde 2009 en intención de voto, según una encuesta. López Obrador empata con el PRI. La alianza con el PRD se vuelve determinante

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Ciudad de México.- La carrera por la presidencia de México arranca el tablero cambiado.
Por primera vez en siete años, el Partido de Acción Nacional (PAN) se
sitúa, según una encuesta de Parametría,
en cabeza de las preferencias electorales para 2018. Con un 32% de la
intención de voto, la fuerza de la derecha adelanta así al gubernamental
PRI, que obtiene la segunda plaza con un 24%, pero a muy poca distancia
de la formación del sempiterno candidato de la izquierda Andrés Manuel
López Obrador (21%). La espoleta del antipriísmo, activada por los casos
de corrupción locales, la atonía económica y la dificultad para
desligarse del pasado, ha propiciado este vuelco. Pero el éxito no está
asegurado y aún depende, según los expertos, de la reacción del PRI. La
partida no ha hecho más que empezar.
El PRI vuelve a combatir contra sí mismo. Desde que en 2000 perdiese
el poder tras detentarlo sin interrupción durante siete décadas, su
principal objetivo ha sido desligarse de su pasado y subirse al tren del
futuro. En 2012, de la mano del joven gobernador Enrique Peña Nieto lo
consiguió. Derrotó al PAN, la única formación que en la historia de la
democracia mexicana ha sido capaz de desbancar al PRI, y prometió un
cambio radical. No sólo de las anquilosadas estructuras del país, sino
de su propio partido. Había nacido el nuevo PRI. O eso fue lo que una
mayoría creyó en aquel momento.
Pero el poder, como el tiempo, erosiona todo cuando toca. La encuesta
de Parametría muestra que el lento declive sufrido en los últimos años
por el partido gubernamental se ha agudizado en poco tiempo. Un
deterioro del que los comicios de junio, donde se disputaban 12 gubernaturas, ya dieron aviso.
El PRI partía con 9 estados y al final de la noche electoral se quedó
sólo con cinco. La inseguridad, la falta de alicientes económicos y,
sobre todo, los escándalos locales, largamente desatendidos e incluso
consentidos por la metrópoli, habían calado en el electorado. El castigo
resonó en todo el país y dejó al PRI ante el espejo de sus males.
El vencedor fue el PAN.
Para sorpresa de sus propios líderes, ganó siete estados de una tacada.
Pero más allá de aumentar su poder territorial, esa noche enterró los
complejos que arrastraba desde 2012 y volvió a ejercer de gran actor
nacional.
La encuesta confirma que la efervescencia panista aún dura, aunque su
futuro no está asegurado. ?El PAN se ha beneficiado de los escándalos
locales del PRI y vive un boom. Ha obtenido su mejor registro desde
2009, pero no está consolidado, todavía es una burbuja. Su trabajo
consiste en convertirla en tendencia?, señala el director de Parametría,
Francisco Abundis.
En este trabajo de cimentación, el PAN debe decidir quién será su
aspirante a la presidencia. Aunque no lo haya hecho publico, es un
secreto a voces que el líder del partido, Ricardo Anaya,
ambiciona la candidatura. Pero, de momento, sólo Margarita Zavala, la
esposa del mandatario Felipe Calderón (2006-2012), ha dado un paso al
frente. Y lo ha hecho advirtiendo que si ella no es la elegida,
concurrirá por su cuenta. Una amenaza que, de materializarse,
fracturaría el voto panista.
En el PRI, el fracaso de junio ha puesto en marcha una reacción en cadena. El anterior presidente, el poderoso Manlio Fabio Beltrones, fue fulminado
nada más constatarse que su estrategia electoral, basada en adherirse
al suelo priísta y ganar por la mínima, había fracasado. En sustitución
ha sido elegido un tecnócrata apadrinado por Peña Nieto y
su hombre fuerte, Luis Videgaray. Al mismo tiempo, el Gobierno federal
ha lanzado señales fuertes de que no permitirá ningún caso de corrupción
local más. ?El desgaste del PRI no se debe al presidente, sino al
derrumbe del priísmo local. Los casos de corrupción de Veracruz,
Quintana Roo y Chihuahua han hecho mucho daño?, señala Abundis.
A esta carrera entre el PRI y el PAN, se ha sumado un contrincante
cada vez más poderoso. La figura de López Obrador, aspirante
presidencial en 2006 y 2012, lejos de apagarse, se acerca peligrosamente
al PRI. Su recién creada formación, el Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena), obtiene un 21%. ?De hecho, si tomamos el margen de
error de la encuesta, están en empate técnico?, señala Abundis.
El ascenso de López Obrador tiene como anverso la caída de su antiguo
partido, el PRD. Antaño considerada la formación hegemónica de la
izquierda, ahora, con sólo un 8% de intención de voto, lucha por
mantenerse como cuarto partido y conjurar la aparición de una
candidatura independiente que le quite el puesto. Pero en su debilidad
radica también su fuerza. Incapaz de presentarse por sí mismo a la
contienda presidencial, el PRD busca aliado. Y su respaldo, en un
universo de voto tan fragmentado, puede ser determinante para que el
candidato del PAN o López Obrador alcancen la presidencia.
Hasta ahora, el izquierdista y laico PRD, en una pirueta muy
mexicana, ha sellado las alianzas con el derechista y católico PAN.
Unidos por su fervor antipriísta, la combinación ha dado excelentes
resultados y ha derribado gobiernos locales que jamás habían tenido otro
color. La otra posibilidad, un pacto del PRD con López Obrador,
resultaba hasta poco imposible. El caudillo de la izquierda sostenía que
no estaba dispuesto mezclarse con ningún integrante de la ?mafia del
poder?, en la que incluía a su antiguo partido. Pero las tornas
cambiaron inesperadamente la semana pasada, cuando el líder de Morena proclamó que estaba dispuesto a pactar con ellos. Una opción, de la que está alejada la recién renovada dirección del PRD,
pero que nunca se ha descartado del todo y que tiene a su favor una
larga historia en común. La decisión que tome este partido, quizá el más
castigado por la crisis de confianza ciudadana, será una de las claves de las presidenciales.
El factor independiente y el error del PRI
J.M.AHRENS
La entrada en juego de un candidato independiente representa una de
las grandes incógnitas de la campaña para las presidenciales de 2018. La
posibilidad, abierta por la reforma política auspiciada por Enrique
Peña Nieto, ha sido vista por muchos expertos como una forma de restar
apoyos a Andrés Manuel López Obrador, que se presenta a sí mismo como un
outsider del sistema. La encuesta de Parametría puso a prueba
esta creencia mediante un ejercicio demoscópico. Introdujo en su sondeo
un escenario electoral con candidato independiente. El resultado fue
sorprendente.
La única formación que permanecía igual era de la López Obrador. El
resto bajaba sus expectativas entre uno y dos puntos, al tiempo que el
aspirante independiente cosechaba cerca del 7% de las preferencias.
?Este escenario va contra la estrategia priista de fragmentar lo más
posible el voto opositor, de tal forma que el voto duro del PRI le
permita ser competitivo en cualquier elección. Sin embargo, una de las
lecciones del pasado 5 de junio, y que se corroboraría con esta
encuesta, es que el voto duro del PRI ya no es tan duro, y la aparición
de candidatos independientes, también le resta votos, cuando antes no
pasaba?, concluye Parametría.LM

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

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