México.- Aunque su vida “util” ha estado confinada a las aguas abiertas del océano Pacífico en donde nada está aportando al territorio mexicano, principalmente con las necesarias lluvias, destaca que la tormenta tropical Gilma está dando muestras de buscar la categoría de huracán.
Da seguimiento a la temporada de huracanes 2024 en la sección especial de Línea Directa
Y no solo eso, sino que en un mismo día podría pasar de la categoría huracanada uno a la dos con vientos que podrían llegar a su máximo a los 160 km/h sostenidos y a 195 en sus rachas.
De acuerdo al Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés), la todavía tormenta tropical Gilma se mueve hacia el oeste-noroeste cerca de 8 mph (13 km/h)y se espera que su circulación en general continúe durante los próximos días saliendo cada vez más del rango de cercanía con México.
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Los vientos máximos sostenidos están cerca de 50 mph (85 km/h) con vientos más fuertes y por lo menos hoy, esperan pocos cambios en la fuerza pero se espera que el fortalecimiento se reanude esta noche y se pronostica que Gilma convertirse en huracán el jueves.
Por su parte el Servicio Meteorológico Nacional en México (SMN), detalla que la tormenta tropical se localizó hasta las 4:00 de la madrugada a mil 190 km al suroeste de Cabo San Lucas, Baja California Sur y NO representa riesgos para el territorio nacional. De hecho, seguirá alejándose cada vez más.
Si las condiciones para Gilma prevalecen, se convertirá en el segundo huracán de la temporada 2024 en el océano Pacífico. Este nivel lo tenía hasta y únicamente Carlotta registrado entre el 31 de julio y el 5 de agosto y que se quedó con la categoría uno, también muy lejos de costas nacionales.
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Y mientras se espera que Gilma sea huracán uno y dos el jueves 22 de agosto, ahora en el Pacífico Oriental solo se monitorea una de instabilidad con potencial para ser zona de baja presión con un 40 por ciento de probabilidad de desarrollo frente a las costas de Guerrero, Michoacán, Colima y Jalisco.
Hay otras dos zonas de baja presión, pero su vigilancia pasó al Pacífico Central y cercanas a las islas de Hawai, así que México no debe preocuparse más por ellas.
