?México, DF.- La masacre de Tamaulipas
confirma que el gobierno de Estados Unidos delegó en los ‘señores de
las drogas’ el manejo de su política de abasto migratorio, así como lo
hizo con el suministro de drogas, lamentó hoy The New York Times.
En su opinión institucional, el diario neoyorquino sostuvo que los
actuales programas de trabajadores migratorios son tan ‘engorrosos’ y
‘burocráticos’ que son virtualmente inútiles para los empleadores
estadunidense.
‘Hemos delegado a los señores de las drogas el trabajo de manejar
nuestro suministro migratorio, justo como ya manejan nuestro suministro
de narcóticos. Los resultados son claros’, remató.
The New York Times señaló que tal es el contexto del asesinato
de 72 inmigrantes indocumentados centroamericanos y sudamericanos que
buscaban ingresar a Estados Unidos y que fueron masacrados por presuntos
narcos en un rancho ubicado 100 millas al sur de Texas.
“La tentación puede ser escribir está atrocidad como otro feo pie de nota en la viciosa guerra contra las drogas en México.
“Pero tales cosas no existen en aislamiento. Los cárteles mexicanos de
las drogas son alimentados desde fuera, por el dinero estadunidense, las
armas pesadas y la adicción, el imán hacia el norte de los inmigrantes
es alimentado por nuestra demanda de mano de obra barata”, señaló.
El periódico destacó que los cárteles de las drogas, actuando como
capitalistas oportunistas, han saltado al negocio del contrabando de
personas.
“Los inmigrantes indocumentados, conocidos como pollos, son en muchas
maneras mejores que los ladrillos de cocaína porque se les puede obligar
a pagar rescates y ser usados como ?mulas? de drogas”, puntualizó.
El diario hizo notar en ese sentido que la respuesta de Estados Unidos a
las agonías de México ha sido una fijación acentuada en la
militarización de la frontera, como la asignación de 600 millones de
dólares promulgada por el presidente Barack Obama.
Pero “la aplicación de la ley sin la reforma de la migración legal, crea
sólo la ilusión de control. Sin un sistema ligado a la demanda de
trabajo, proliferan la ilegalidad y el desorden”, finalizó.