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México.– De acuerdo con una investigación realizada por especialistas de la Universidad Autónoma de México (UNAM), en donde revela que el 50 por ciento de los hombres ronca mientras duerme y en las mujeres también se da dicha situación pero en un porcentaje mejor, así lo da a conocer la publicación de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina; además comentaron que a pesar de que el roncar es muy común no es normal.
Muchas personas se han preguntado “¿Por qué roncamos?”, si bien es cierto a ciencia cierta no se tiene claro, pero las investigaciones realizadas hasta el día de hoy dicen que una de las causas principales de roncar esta relacionada con la obtención en la vía respiratoria superior; es decir, hay algo inflamado en la nariz o que esta obstruyendo el paso del aire, podría ser también un tabique desviado, que los cornetes sean grandes, existencia de rinitis alérgica, así como también la lengua, el paladar o las amígdalas grandes y/o flacidez en alguna zona de las vías respiratorias.
El estudio también revela que la obesidad puede ser un factor indispensable con los sonidos a la hora de dormir, ya que si una persona la padece puede que se le formen depósitos del tejido graso en cualquier parte de las vías respiratorias y eso haga que la persona ronque más.
Aunque por otro lado en la investigación se dice que el roncar no esta relacionado directamente con las enfermedades metabólicas o cardiovasculares, a excepción del Síndrome de la Apnea del Sueño.
Hay diferentes tipos de ronquidos que son:
- Esporádico: Es el que se da en ocasiones como cuando se bebe alcohol o por catarro en la nariz.
- Habitual: Cuando siempre se ronca.
- Postural: Puede estar relacionado con la postura en la que se duerme, normalmente boca arriba.
- Aislado: No conlleva a otros perjuicios en la salud.
- Apnea del sueño.
En la investigación se dieron a conocer 10 consejos para no roncar, son los siguientes:
- Realizar actividad física.
- Eliminar el exceso de peso.
- No beber alcohol a partir del final de la tarde.
- Evitar cenas pesadas.
- Cenar un par de horas antes de dormir.
- No tomar tranquilizantes ni antihistamínicos durante la noche.
- Adoptar una postura de lado, en lugar de boca arriba.
- Mejorar la respiración por la nariz.
- No fumar.
- Mantener elevado la cabecera.
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