Desde las primeras horas de ayer, cientos de devotos comenzaron a llevar ofrendas y aglomerarse en el atrio de Santuario de Guadalupe.
Los ciudadanos cumplían mandas que realizaron años atrás y la mayoría agradece favores, muchos, relacionados con cuestiones de salud personales y de familiares.
María de la Luz Valdés, de 59 años, hace 12 años pensó en quitarse la vida después de una temporada de tristeza. Los médicos le diagnosticaron depresión, y su fe en la Virgen de Guadalupe le ayudó a salir del padecimiento.
“Especialmente mi enfermedad. Entré en depresión hace como 12 años, los doctores me dijeron que tenía depresión; yo comencé a rezarle a la Virgen y le pedía; llegué al grado de decir ya: ‘Aquí terminó mi vida’.
“Después de eso empecé a mirar las cosas de otra manera, y pues ya, ahí dije que la Virgen me ayudó”, dice agradecida.
Otro caso es el de Juanita García, quien junto a su esposo (en silla de ruedas), y su hija, que llegó de rodillas hasta el altar, cumplieron una manda que juraron cumplir, pues en el embarazo de su hija presentó complicaciones.
“Hicimos mi manda que mi hija estaba chiquita. La manda era ir hasta laCiudad de México. Pues ahora él está enfermo y Dios le da licencia y está con vida y pues vinimos a cumplir. En el embarazo me dijeron que mi niña venía mal y pues nació muy sana gracias a la Virgen”, afirma.