Redacción.- La ganadería extensiva, la cacería furtiva, los incendios forestales pero sobre todo el desarrollo urbano, rural y hotelero que transforman las selvas, aceleran el riesgo de extinción del jaguar.El investigador Marco Antonio Lazcano Barrero afirmó que los jaguares, cuyo hábitat son las selvas húmedas, enfrentan el desarrollo de su zona, por lo que se les ve cerca de poblaciones y los atacan por considerarlos ?invasores?, cuando la realidad es otra.?Los humanos estamos invadiendo, alterando su hábitat, son especies que hace cuatro años vivían en condiciones muy distintas a las actuales?, agregó el director ejecutivo de la asociación civil Reserva Ecológica el Edén.En entrevista, el también miembro de la Alianza ?La voz del jaguar?, precisó que esta especie pierde sus espacios de vida con los incendios y la devastación de las selvas por el desarrollo urbano.En el caso de Quintana Roo, el riesgo es latente en el corredor biológico Yum Balam-Sian Ka´an que cruza la entidad de oriente a poniente y que consiste en un sistema de humedales y selvas que pasan por los municipios de Lázaro Cárdenas, Benito Juárez, Solidaridad, Tulum y Felipe Carrillo Puerto, precisó.En ese sentido, detalló que la construcción de carreteras y vías férreas representan la principal preocupación en torno al futuro del jaguar.Cualquiera que sea la ruta que se elija, impactará el corredor de cientos de kilómetros que conecta la costa quintanarroense del Caribe con parte del inicio del golfo de México.De hecho, consideró que en los planes de desarrollo hay que tomar en cuenta la situación del jaguar, la necesidad de construir accesos biológicos que permitan su paso, ya que están acostumbrados a desplazarse hasta 120 kilómetros lineales.?Si los jaguares no tienen posibilidades de desplazarse, no sólo se reducen sus opciones de caza, sino que además quedarán aislados, se tendrán que aparear con hembras de su familia, lo que provocaría un desequilibrio genético que llevará a su disminución y pérdida de la especie en la región?, advirtió.Lazcano Barrero recordó que hace unos meses se dio a conocer que en la Península de Yucatán apenas existen dos mil ejemplares y que en el caso de Quintana Roo se estiman sean 900.Explicó que esta cifra surge de los resultados de estudios de poblaciones del jaguar y sus presas mediante ?fototrampeo?, su desplazamiento y el de las presas, el conflicto que genera con la actividad ganadera.Además, refirió que la misma información, establece que de manera preocupante ya desapareció 70 por ciento del hábitat original de la especie, poniendo además en riesgo la biodiversidad de la zona.De acuerdo con información que proporcionó, las densidades y abundancias estimadas para el jaguar en el norte de la Península de Yucatán son variables.Van desde un 2.6 individuos por 100 kilómetros cuadrados en la zona de influencia de Río Lagartos, en una vegetación que es una mezcla más de selva mediana con baja, hasta de 6.5 individuos en la zona conocida como El Edén, en Quintana Roo.Según dijo, cada vez es más frecuente ver jaguares cerca de los hoteles, de las zonas donde se practica el turismo de aventura, en busca de alimentos, como parte de su misma característica de vida, de hacer recorridos de hasta 100 kilómetros y eso los pone en riesgo.Detalló que hay gente que se pone ?muy nerviosa? con su presencia y que muchas veces decide perseguirlos hasta matarlos.De ahí la importancia de implementar políticas de desarrollo ligadas a la conservación integral de su hábitat que vayan ligadas a alcanzar beneficios en lo social y económico, pero también proteger una especie que pronto puede estar en peligro de extinción.Hace apenas unas semanas, las autoridades dieron a conocer la muerte de dos jaguares en las inmediaciones de Tulum.Al respecto, un ambientalista de Tulum, Bonifacio Loría Pacheco, consideró que la muerte del jaguar, a tan sólo tres kilómetros de la cabecera municipal, confirma el riesgo que las especies en peligro de extinción enfrentan al estar obligadas a merodear la zona.Puntualizó que independientemente de que el desarrollo de la zona altere su hábitat, con esta situación se confirma que en la región existen cazadores y que las autoridades encargadas en la protección de estas especies, mantienen abandonada la región más importante del estado.Esto, dijo, ya que es ahí donde se encuentra la reserva de la biósfera de Sian Kaan y donde se concentra la mayor parte de las especies protegidas.A su vez, añadió que no sólo preocupa la cacería, sino la falta de sensibilidad de algunas personas, como pasó hace unos meses en el hotel Gran Bahía Príncipe, cuando personal del lugar ejecutó a un jaguar.Refirió que no se procedió en contra de ellos, a pesar de que el propio empleado del lugar se declaró culpable, pero denunció que lo hizo por órdenes de sus superiores.?No se hizo nada, ni se está haciendo nada, los jaguares siguen huyendo y se acercan a las poblaciones y no estamos preparados, no son invasores, nosotros lo somos?, reiteró.Entrevistado al respecto, el director de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas del Parque Nacional Tulum, Wady Hadad López, informó que el reporte del ejemplar encontrado ya sin vida, fue a tres kilómetros de Tulum, en el tramo carretera Tulum-Playa del Carmen, muy cerca de una zona arqueológica dentro del Parque Nacional Tulum.El funcionario comentó que se realizan los operativos pertinentes, pero no es suficiente el personal para poder controlar a las personas que ingresen a la zona de selva y cazan a estas especies.JE
El jaguar, especie amenazada en Quintana Roo
Los jaguares, cuyo hábitat son las selvas húmedas, enfrentan el desarrollo de su zona, por lo que se les ve cerca de poblaciones y los atacan por considerarlos ?invasores?, cuando la realidad es otra, afirma investigador
Fuente: Internet