Guadalajara, Jal.- ?Poco más de 750 habitantes de 150 viviendas de la colonia Higuerillas al sur de Guadalajara, fueron desalojadas por poco más de cuatro horas de sus casas, luego de que ocurrió una explosión en la red de drenaje.
El director de Bomberos del municipio, Héctor Trinidad López Sahagún, informó anoche que minutos antes de las 20:00 horas en el cruce de las calles Armillita y Antonio Espinoza, se registró una explosión que provocó que dos tapas de concreto de alcantarillas botaran y se fragmentaran.
“Al parecer la acumulación de hidrocarburos provocó que en este punto ocurriera la explosión en la red de drenaje, causando que otras seis tapas a lo largo de la calle Armillita, en tres cuadras, también botaran. La otra tapa que botó fue en la calle Antonio Espinosa”, explicó el comandante.
El hecho causó lesiones leves en una adolescente de 17 años que fue atendida por paramédicos de la Cruz Verde. Entre tanto, bomberos tapatíos apoyados por elementos de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco (UEPCBJ) iniciaron el acordonamiento y desalojo de unas 150 casas y negocios de la calle Armillita, y las calles Antonio Espinoza, Balderas y Manolete.
Por su parte, el jefe de monitoreo del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), Jorge Santoyo, informó que tras la explosión se realizó una limpieza en la red de drenaje de la zona.
“Cuando llegamos aquí al lugar, monitoreamos los niveles y marcaban un 40% de explosividad y a este momento ya marcan cero. Aún no están hechos los peritajes, pero creemos que alguien desde una casa o negocio arrojó el hidrocarburo a la red de drenaje”, advirtió.
Minutos antes de las 22:00 horas ya se había descartado el riesgo de más explosiones y alrededor de la media noche las personas regresaban a sus casas.
No obstante, habitantes de la zona recordaron con temor las explosiones ocurridas en el sector Reforma al oriente de Guadalajara el 22 de abril de 1992, que dejaron un saldo oficial de 217 personas muertas, 600 heridos, casi cuatro mil damnificados, 13 kilómetros de calles destruidas, más de 700 comercios y viviendas derrumbados y unos 550 vehículos dañados.
“Cómo olvidar las explosiones del 22 de abril, apenas oímos la explosión en la alcantarilla y todos nos escondimos con el temor de que fuera a volar la calle completa”, decía una señora de unos 50 años tras el acordonamiento, mientras abrazaba a una de sus hijas expectante ante el trabajo de los bomberos.
