Ciudad de México.- Antonio Ortega Martínez, secretario de la Comisión de Hacienda en la Cámara de Diputados, alertó que de no atenderse las señales de alarma sobre la conducción económica que se le está dando a México, “puede llevarnos a un momento de crisis muy serio”.
Al referirse a los primeros meses de la actual administración pública federal, el legislador perredista consideró que si en los próximos meses y años no hay un reencausamiento en el plano económico habremos de observar la pérdida de rumbo, desorden en la conducción de la economía e incapacidad para enfrentar los fenómenos internacionales para los cuales, internamente, se deben tomar medidas a fin de aminorar los efectos.
“Estos cien días pueden configurar –sin ver el final de los seis años- un gobierno al que podemos calificar con una descomposición en el terreno económico, ante la pérdida de confianza de los inversores debido a una visión torcida que se ha generado sobre lo que puede ser la participación de la iniciativa privada”, afirmó.
En el ámbito social, añadió, podemos ver claramente que López Obrador no entiende que regalar dinero, no resolverá el problema de la pobreza, que su estrategia es totalmente asistencial con fines electoreros, inservible para remediar el problema de la pobreza y la desigualdad.
Mientras que, en el terreno político –expuso- se está desmantelando todo aquello que la transición logró en casi 30 años: Reformas, equilibrio de poderes, descentralización de las decisiones, órganos autónomos para equilibrar y ser contrapeso a las decisiones del Ejecutivo.
De ahí que Ortega Martínez calificara como preocupante el balance de los cien días de la Administración de López Obrador que sin embargo, pudiera mejorarse si el presidente es capaz de rectificar en cuatro temas: El aeropuerto de Texcoco; las rondas en petróleo, y las convocatorias para la intervención de la iniciativa privada en energía eléctrica; lo concerniente a órganos reguladores y contrapesos al Ejecutivo.
Si rectificara en eso, dijo, creo que habría confianza para pensar en que se pudiera mejorar el terreno económico. Y si bien es cierto que no hay una baja de la calificación para nuestro país, existe una alerta y una alarma de que la conducción económica no da confianza ni certeza, y –efectivamente- podemos llegar a un momento de crisis muy serio, concluyó.