Puerto Chiapas, Chis.- Más de una veintena de palapas-restaurantes ubicados a la orilla del mar han resultado con daños totales y parciales por los fuertes oleajes que se registran en la zona costa de Chiapas; en tanto que unas tres mil embarcaciones tiburoneras se encuentran varadas en espera de que mejoren las condiciones climatológicas para reanudar la actividad pesquera.
Entrevistado en el marco de la ceremonia del “Día de la Marina”, el jefe
de la capitanía de Puerto Chiapas, Alberto Ordaz Galindo, informó que
continúa suspendida la navegación para embarcaciones menores debido al
fenómeno de fuertes marejadas que se registra desde el pasado fin de
semana.
Ordaz Galindo señaló que para el miércoles y jueves se esperan oleajes
de cinco y seis metros de altura, por lo que también continúan
instaladas las banderas rojas en las playas para evitar que las personas
se introduzcan al mar.
Por su parte, el titular de Protección Civil zona Soconusco, Julio Cueto
Tirado, indicó que ocho personas fueron evacuadas de manera preventiva
de la comunidad Barra San Simón, ubicada en el municipio de Mazatán,
para evitar algún percance.
Refirió que también se encuentran en alerta amarilla por las
precipitaciones pluviales que se registran derivado de una vaguada que
ha provocado escurrimientos, pero aún no representa ningún riesgo.
Abundó que para cualquier contingencia que se presente por lluvias o
marejadas, se encuentran instalados 182 refugios temporales en toda la
región.
Cueto Tirado aseveró que se ha reducido el número de comunidades que se
encuentran asentadas cerca de los ríos debido a los trabajos preventivos
como enrocamiento de algunos afluentes.
Las palapas-restaurantes que han sobrevivido a los fuertes oleajes que
se registra desde hace una semana en el Océano Pacífico, asentadas en el
balneario San Benito lucen vacías, pero sus propietarios se niegan a
cerrarlas por temor a perder las pocas pertenencias.
Marilú Margot Carias, propietaria de la palapa “El Tigre”, explicó que
las ventas se desplomaron desde el pasado fin de semana en que se dio la
alerta por las fuertes marejadas.
“Los clientes se espantan cuando ven las grandes olas y se van, pero
tenemos que permanecer en nuestro negocio porque tenemos cosas que
perder”, refiere la mujer.
Explicó que una veintena de restaurantes instalados a la orilla de
la playa se los ha llevado el oleaje y otras más presentan daños
parciales.
-¿Tienen miedo?
¡Claro!, ayer se metió una ola hasta aquí, dos palapas más se las llevó
el mar, pero no me puedo ir, aquí está mi patrimonio que he hecho en más
de 15 años.
“Aquí aguantamos tormentas, lluvias, marejadas, vientos… pero no puedo abandonar mi patrimonio”, insiste.
