México.- En defensa de los derechos humanos, la corte
interamericana en esa materia actúa como un fiscal de última instancia,
cuando hay denuncias en el sentido de que las autoridades nacionales han
emitido fallos discutibles que pudieran no haber cumplido con la
justicia, dijo Diego García Sayán.El presidente de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destacó el valor de este
tribunal internacional, conformado por los países del continente y
cuyos fallos cuentan con el respeto de todos los miembros, dado que
representa una opción de algún modo superior para el ejercicio del
derecho y, sobre todo, la salvaguarda de los derechos humanos, sea de
manera individual o colectiva.Aclaró que ese organismo
sólo interviene sobre denuncias, ya sea de particulares o de
agrupaciones que consideran que en sus países de origen no se ha actuado
jurídicamente de una forma correcta y persisten violaciones a sus
derechos humanos.Explicó que la responsabilidad de la
protección a los derechos humanos es de la autoridad nacional: es de los
jueces, de los integrantes de la procuraduría, del gobierno en general;
de manera que la CIDH no es un sustituto sino algo que complementa
cuando se han “quemado todas las etapas” y no se han encontrado algunas
soluciones.García Sayán dijo que la forma de operación del
organismo a su cargo se podrá ver en México cuando la CIDH sesione en
este país, del 8 al 11 de octubre próximos, cuando habrá audiencias
públicas con temas específicos como los derechos de la niñez migrante y
la detención y expulsión de personas, incluyendo haitianos, del
territorio dominicano.El magistrado, de nacionalidad
peruana, subrayó que aunque la CIDH y él mismo en lo personal siguen con
atención violaciones a los derechos de los migrantes en su constante
tránsito de varios países de Latinoamérica hacia Estado Unidos, no puede
intervenir por motu propio, ya que la responsabilidad primera es de las
autoridades nacionales y sólo que alguien demande su participación la
corte podría intervenir en el caso.En relación con el
proyecto de reforma migratoria que se plantea en Estados Unidos, el
magistrado anticipó que el tema que no se va a resolver con
modificaciones legales que se den en un país.El asunto
abarca políticas públicas, y tiene que ver en el fondo con
desequilibrios en el desarrollo y de recursos entre países, que van a
generar siempre corrientes migratorias enormes y no se van a paralizar
con una ley o una medida administrativa.Hay que tener
conciencia de ellos, pues la migración no es un cataclismo o un
terremoto, sino algo que va a continuar, que por ende requiere encontrar
reglas que incorporen de manera muy firme la agenda internacional,
sabiendo que no hay soluciones fáciles ni una ley que pueda
artificialmente resolver esos problemas, enfatizó García Sayán.Finalmente
dijo que la CIDH no puede definir políticas internacionales, ni entra a
los debates políticos, pero sí, con sus decisiones, aporta ingredientes
para quien los quiera utilizar; de ningún modo se coloca encima de los
Estados, sólo aporta herramientas a favor de los derechos humanos y del
diálogo jurisprudencial.LM
Corte Interamericana de Derechos Humanos, fiscal de última instancia
El presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destacó el valor de este tribunal internacional, conformado por los países del continente y cuyos fallos cuentan con el respeto de todos los miembros
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