Alcaldes, regidores y síndicos, alumnos comunes del INEA

Ciudad de México.-  Aunque las matemáticas no
son su fuerte, a León Francisco García le gusta contar los recursos
económicos del gobierno que preside en San Andrés Nuxiño, Oaxaca. Como
alcalde, asumió el cargo en julio de 2011 y durante los primeros meses
de su administración
se limitó a hacer cuentas básicas (sumas, restas, multiplicaciones y
divisiones) auxiliado por un contador. Pero él sentía que algo le
faltaba para saber manejar cantidades mayores como un fondo federal de
casi 3 millones de pesos; otro de millón y medio correspondiente al Ramo
28 y uno más de varios millones etiquetado para la seguridad. Así que,
motivado por su nieta de 16 años, le tomó la palabra al INEA estatal y
cursó sus estudios de secundaria, mismos que recién aprobó con 8 de
calificación.
?Mi papá y mamá no sabían leer ni escribir, pero siempre me
enseñaron a ser honesto y responsable; siento presente a mi papá
diciéndome que cuide bien los recursos del pueblo?, cuenta con franqueza
este alcalde de 58 años que nació el siglo pasado, en una época de
enorme rezago para el campo que significó que sus estudios de primaria
fueran postergados hasta cumplir diez años de edad. Luego León pasó las
siguientes cuatro décadas de su vida como campesino y funcionario público
de San Andrés Nuxiño, desempeñando cargos como tesorero municipal,
síndico, presidente de bienes comunales y regidor de educación, entre
otros.
Para la comunidad que hoy gobierna ?integrada por casi 2 mil
habitantes?, su nivel de estudios no fue obstáculo, pues el régimen de
usos y costumbres de la Mixteca oaxaqueña valora más la honradez y
actitud de los hombres que el grado de escolaridad. ?Cuenta la
capacidad, pero lo más importante es ser responsable y cuidadoso en el
uso de los recursos del municipio. Por eso no tenemos sueldo, haga de
cuenta que estamos haciendo un servicio social?, precisa León, quien además asegura no pertenecer a ningún partido político, porque dice que esos no existen en sus comunidades.
CÓMO SACAR PORCENTAJES
Karina Acevedo tiene 17 años y como asesora del INEA estatal
fue responsable de supervisar y guiar la educación secundaria de su
presidente municipal. Lejos de intimidarse ante la autoridad, Karina
impuso su figura morena y robusta, su cabello ondulado, sus calcetas
escolares y con carácter firme evalúo a León como alumno: confirmó que ?en efecto? sabía leer, que era listo para expresarse y que gozaba de la virtud de la puntualidad. Pero que era hombre muerto
para las matemáticas y operaciones avanzadas. ?No sabía sacar
porcentajes y cuando le enseñe la regla de tres decía que no le
entendía. Se desesperaba mucho y siempre buscaba la manera más fácil de
hacer las cosas. Entonces me tocaba hacerle entender que esa era la
única fórmula que yo le podía enseñar?, recuerda la joven profesora.
Este tipo de carencias son precisamente las que el INEA y el gobierno oaxaqueño identificaron como focos rojos en la administración pública local. Martín Flores, coordinador de zona del instituto, explica a MILENIO
que encontraron a varios presidentes municipales que por no saber leer
ni escribir, delegaron decisiones importantes a sus secretarios
municipales considerados los más estudiados de la comunidad. Hubo
también el caso de un alcalde que fue engañado, defraudado y hasta
encarcelado porque alguien se aprovechó de su analfabetismo y falta de
firma, por lo que fue fácil timarlo.
El programa ?El buen juez por su casa empieza? comenzó en 2007 con la
finalidad de que un largo listado de funcionarios públicos y empleados
de gobierno concluyeran sus estudios de educación básica. El INEA, autor
del proyecto, se enfocó primero en su propio personal y después se
amplió al resto de las dependencias. Para febrero de 2011 ya habían
quedado libres de rezago educativo el Banco Nacional del Ejército,
Centro Nacional de Trasplantes, Instituto Mexicano de la Juventud y el
Registro Agrario Nacional, entre otros que suman 24 dependencias.
Contradictoriamente las resistencias más fuertes provienen de alcaldes
que por temor al señalamiento o juicio del pueblo, prefieren quedarse
como están.
?Por ejemplo, por más que invitamos al alcalde de Valle de Zimatlán
no quiso venir. Le ofrecimos ponerle un asesor en su casa para que la
gente no se diera cuenta que estudiaba, pero no quiso ni aunque le llamó
el propio gobernador. Eso nos ocasionó problemas con la gente del
lugar, pues nos decía que si el presidente municipal no quería ir a
clases, ellos tampoco tendrían por qué hacerlo. Afortunadamente muchos
alcaldes, síndicos, regidores y hasta sus esposas aceptaron estudiar y
ya se encuentran fuera del rezago?, cuenta Martín.
No obstante el Instituto no tiene una cifra exacta de cuántos
servidores públicos concluyeron ya la primaria y secundaria, porque al
inscribirse la mayoría elige no especificar a qué se dedican, ante la
comodidad de pasar desapercibido.
EL CONTADOR LEÓN
Encarrilado en los libros, el alcalde de San Andrés Nuxiño quiere
inscribirse al bachillerato para después continuar con la carrera de
contador, no importa que se titule por ahí de los 64 años. Dice que
desde que terminó la secundaria se siente como nuevo. ?Me doy cuenta que
es necesario para poder estar frente al pueblo administrando sus cosas,
yo mismo tengo que saber cuánto recibo de participaciones, cuánto voy a
ejercer, para cuánto me alcanza, qué obra voy a hacer. Tengo que llevar
bien mis cuentas y debo hacerlo con responsabilidad. Sé que muchos
presidentes municipales no lo hacen, tal vez piensan que es difícil pero
con ganas sí se logra, sí se puede? asegura contento.
Quizás por eso León no entiende cómo muchos jóvenes del pueblo se
conforman con terminar la telesecundaria para después poner fin a la
carrera educativa. Si bien este alcalde reconoce que el rezago es
fuerte, al final, dice, todo se resume en un asunto de ganas e
iniciativa, como el que tuvieron su suplente Lucio García (71 años) que
acaba de terminar la primaria, ya tiene firma propia y se enorgullece de
poder escribir recados. O bien el regidor Cresencio Pérez (66 años),
quien ya escribe documentos con mayor facilidad y usa la única máquina
de escribir que tienen en la oficina principal para llenar actas de
nacimiento y documentos importantes.
MÁS CASOS
Este año el alcalde de Chocholá, Yucatán y su esposa (presidenta del
DIF local) terminaron su educación básica; pero, además durante su
gestión designaron un espacio fijo para los trabajos de enseñanza del
INEA estatal. En Veracruz, Juan Carlos García, presidente municipal de
Coetzala, también concluyó la secundaria, pero no quiere hacer público
su caso. Mientras en las zonas de Orizaba y Zongolica estudian algunos
síndicos, regidores y secretarios, al norte (en Chihuahua) también
concluyeron sus estudios varios alcaldes y presidentes seccionales. EC.