Ciudad de México. – Adicto a las mujeres, pero respetuoso del matriarcado, al Chapo Guzmán no le gusta que lo llamen por su segundo nombre, Archivaldo, porque lo considera muy largo, pero sí aprecia que lo llamen Joaquín. Es, además, cuidadoso de las formas, cordial, amable y reservado, y tiene un IQ (coeficiente intelectual) normal.
Así lo describe la criminóloga mexicana Mónica Ramírez, autora de perfiles de varios de los criminales más peligrosos de México, en una entrevista realizada por la periodista Juliana Fregoso y publicada por el portal argentino Infobae.