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Brasil. Existe un hombre en Brasil que es reconocido bajo el apodo del “Satanás Humano”; se trata de Michel Faro do Prado, un tatuador que se ha sometido a múltiples procedimientos inusuales que le han cambiado por completo su apariencia. La más reciente modificación en él, afectó su sentido del oído, y es que se cortó las orejas, bajo el argumento que está celebrando el presunto fin de la pandemia y que por tanto, ya no tendrá que utilizar el cubrebocas.
El brasileño, fanático de las modificaciones en su cuerpo, se volvió tendencia mundial luego de darse a conocer que se quitó las orejas. Esto se agrega a las decenas de tatuajes, piercings, e incluso sus dientes diabólicos; cambios que lo hacen prácticamente irreconocible a su apariencia de nacimiento.
En cuanto al retiro de sus orejas, él mismo compartió un mensaje en sus redes sociales, donde causó polémica por tal intervención a la que se sometió voluntariamente.
“Esta modificación extrema la hice extremadamente emocional. Estuve un corto periodo de tiempo parado, comprometido, anestesiado. No voy a dar detalles porque involucra a otras personas, pero sólo digo que se acabó, vi la distancia que estaba dando para coger impulso, ahora sólo vuelo con los dos pies. No me siento más que nadie, porque no somos más que nadie, pero se me reveló que cuando pensamos y actuamos como si fuéramos más que los demás, ¡entonces nos convertimos en menos que nada!. En esta nueva vida ya no hay diferencia entre griegos y judíos, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, sino que Cristo es todo y en todo. El secreto de una vida que avanza es una vida que ejercita la humildad y alimenta la fe. Deseo una vida sublime llena de satisfacción, plenitud, comprensión, paz, salud, amor y llena de sentido para todos”, escribió.
Cabe hacer mención que ante los diversos procedimientos, él asegura tener alta tolerancia al dolor, e incluso asegura que aún le faltan más cambios. Asegura Michel que constantemente recibe criticas y miradas de los transeúntes mientras está en la calle; sin embargo, él se enorgullece que su apodo sea el “Satanás Humano”.