?Bogotá.- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, visitó hoy la zona
donde un alud de tierra sepultó a más de 100 personas el domingo
anterior y anunció que declarará el estado de excepción ante la magnitud
de la tragedia causada por las lluvias.
“Vamos a volar a Bogotá a reunir al Consejo de Ministros para ver que
tipo de estado de excepción declaramos, porque la tragedia desbordó la
capacidad del Estado para afrontarla”, dijo el mandatario en
declaraciones a periodistas.
Sostuvo que Colombia ha recibido la solidaridad del mundo, tanto de los
países de Iberoamérica como de las Naciones Unidas, “pero lo importante
es que nosotros aquí trabajemos coordinados y seamos solidarios”.
Las lluvias, atribuidas al fenómeno climático La Niña, dejan más de 200
muertos, un millón 600 mil afectados, 225 heridos, 451 vías colapsadas y
miles de casas averiadas en 28 de los 32 departamentos del país, de
acuerdo al último balance oficial.
Durante el recorrido por el barrio La Gabriela, del municipio norteño de
Bello, donde más de 100 personas fueron sepultadas por un alud, Santos
describió como una “tragedia” lo que está viviendo Colombia.
“Sentimos enormemente y nos duele en el corazón lo que ha sucedido y la
pérdida de estas vidas. Todas las acciones que se tomen tienen que ser
para proteger a nuestros compatriotas”, dijo el jefe de Estado.
Expresó su esperanza en encontrar con vida a las personas que siguen
desaparecidas en Bello, pero admitió que “cada minuto que pasa
infortunadamente nos disminuye esas probabilidades”.
Tras asegurar que “de esta tragedia vamos a salir”, el mandatario
colombiano dijo que lo que ha ocurrido en La Gabriela “es un campanazo
que nos obliga a pensar hacia adelante para que esto nunca vuelva a
suceder”.
El estado de excepción anunciado por Santos le permitirá a su gobierno
destinar recursos para atender la emergencia, tomar decisiones
administrativas y agilizar el sistema de contratación y de calamidades.
Al finalizar su visita a Bello, en el departamento de Antioquia, el
presidente aconsejó evacuar la zona, ante el riesgo de nuevos
deslizamientos que pueden poner en peligro la vida de sus habitantes.
