Canadá.- El rey Carlos III no la tiene nada fácil en su ascenso al trono, pues el cambio en la corona ha sido aprovechado por el partido separatista canadiense de Quebec para tratar de deslindar totalmente su relación con la monarquía británica, o al menos esa fue la propuesta que se hizo este martes al gobierno federal.
El dirigente del Bloc Quebecois, Yves-Francois Blanchet, presentó en las últimas horas una moción parlamentaria en la que afirma que la lealtad a un soberano extranjero no sólo es obsoleta, sino también costosa. En este sentido, el funcionario sugirió romper lazos con la nueva monarquía encabezada por Carlos III. Blanchet expresó en un comunicado:
El reciente cambio de guardia en Inglaterra es una oportunidad para que los quebequenses y los canadienses se liberen de un vínculo monárquico en ruinas.
Ahora bien, aunque es poco probable que la polémica moción sea aprobada, se decidió que esta será sometida a votación el próximo miércoles 26 de octubre.
Es importante señalar que cortar los lazos con la monarquía exigiría modificar la Constitución canadiense, para lo que se necesitaría el apoyo de al menos siete asambleas legislativas provinciales que representen más del 50% de la población, además del Parlamento. Y es que, a pesar de que un número creciente de ciudadanos no quiere que un monarca extranjero les represente, hay poca voluntad política para dicha reforma constitucional.
Mientras tanto Carlos III, de 73 años de edad, se convirtió automáticamente en monarca del Reino Unido y jefe de Estado de otros 14 reinos, incluido Canadá, cuando su madre, la reina Isabel II, falleció el pasado 8 de septiembre.
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Aunque el nuevo rey de Inglaterra parce hacer todo lo posible por mantener el legado de su madre y cumplir a cabalidad con sus responsabilidades, hay quienes no ven con buenos ojos su ascenso al trono, ya que incluso algunos preferirían que fuera reemplazado por su hijo, el príncipe William.