El Cairo.- El Parlamento egipcio, dominado por los islamistas, se
reunió este martes en desafío a una decisión de la Corte Suprema y rápidamente
decidió por votación buscar una opinión legal sobre el fallo que invalidó la
cámara por aparentes irregularidades electorales.
La sesión de la legislatura fue breve -apenas duró cinco
minutos-, pero aumentó las posibilidades de una lucha por el poder entre el
nuevo presidente Mohamed Morsi y el poderoso aparato militar, que prometió
hacer cumplir el fallo de la justicia que llevó a la disolución del Parlamento.
El ambiente de crisis se ha agravado desde que Morsi emitió
el domingo la orden de convocar a la legislatura de 508 bancas. Su orden
ejecutiva dijo que revocaba la decisión de los militares del 15 de junio de
desbandar la legislatura en base al fallo de la Corte Suprema Constitucional.
La Corte determinó que una tercera parte de los miembros de
la cámara habían sido elegidos ilegalmente al permitir que candidatos de
partidos políticos se presentaran para disputar bancas destinadas a candidatos
independientes.
El titular del Parlamento, Saad El-Katatni, dijo a los
legisladores que la cámara se reunió para poner en práctica la decisión del
tribunal, en lugar de someterla a debate por respeto a los principios de
“la supremacía del derecho y la separación de los poderes”.
Pero a la vez puso en marcha un plan para buscar lo que
equivale a “una segunda opinión” de un tribunal de apelaciones sobre
el fallo. No estaba en claro, sin embargo, si este tribunal aceptaría la
solicitud de la legislatura.
Morsi y El-Katatni son miembros de la Hermandad Musulmana,
el grupo fundamentalista que desde hace tiempo se ha opuesto a sucesivos
gobiernos egipcios.
En su único comentario público sobre la disputa, los
militares emitieron el lunes una velada advertencia a Morsi. Le dijeron que las
fuerzas armadas apoyan “la Constitución, la legitimidad y el derecho”,
un lenguaje que significa que los militares vigilarán si se ignora o se viola
un fallo del tribunal superior.
Los militares entregaron el poder a Morsi el 30 de junio después de
gobernar Egipto durante 16 meses desde la caída de Hosni Mubarak.
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