Niños discapacitados llevan sus Sueños al teatro

?Quito, Ecuador.- Subirse al escenario del Teatro Sucre, el más prestigioso de Quito, probablemente intimidaría a la mayoría de las personas, pero no a ochenta jóvenes con discapacidades psíquicas o físicas que actualmente ensayan entusiasmados la obra “Sueños”, con la que desafían los prejuicios sociales. “`Sueños` quiere mostrar a Ecuador y al mundo que las personas con capacidades diferentes podemos hacer muchas cosas que se creía no podíamos. En los sueños encontramos una luz que nos ayuda a mejorar el mundo”, dijo a Efe David Paredes, de 16 años, desde su silla de ruedas. Creada por la Fundación Triángulo, una ONG que ayuda a individuos con retraso mental, “Sueños” es una obra coral de teatro, música y danza en la que participan 50 jóvenes de entre 4 y 28 años, en su mayoría con síndrome de Down, y una treintena de profesores. En el jardín de la entidad se lleva a cabo el primer ensayo general de la obra ante la atenta mirada de los más pequeños de la citada fundación, que observan cómo sus compañeros yacen en el suelo simulando despertar de un largo letargo. No se escucha absolutamente nada más que la música que acompaña a la obra y las indicaciones de su director, Marco Bustos: “Primero haced un círculo alrededor de ellos y luego os vais parando”. Con algún que otro despiste, los chicos siguen a Bustos con interés y, sobretodo, con muchas ganas. “Es un trabajo arduo de todos los profesores y el equipo, pero los chicos ya en el escenario tienen una energía diferente y eso les da una poética especial en escena”, explicó el director de la obra, conocido como protagonista de la emblemática película ecuatoriana “Ratas, ratones, rateros”. “Sueños” no es sólo un ejercicio de superación y entrega, sino también un desafío a la sociedad, a sus prejuicios y a sus barreras autoimpuestas. “A través del arte, del teatro y de la música estamos tratando de resaltar que la discapacidad tiene un derecho, ellos tienen capacidad y lo pueden hacer”, destacó la directora de la Fundación Triángulo, Isabel Muñoz. Muñoz resaltó el “incremento de la autoestima, de la seguridad y el progreso en las artes escénicas” de los jóvenes actores, y remarcó que “se han descubierto talentos”, que “ni nos imaginábamos”. Entre escenas de mimos, bailes con palos, pelotas y cintas, coreografías conjuntas e incluso una escena de “hip-hop”, se vislumbra en todos estos chicos una auténtica pasión y algún que otro diamante en bruto. “Hay varios chicos que tienen en algunos lugares aptitudes extraordinarias para la actuación, el movimiento y la danza”, señaló Bustos, quien reconoció que la experiencia de trabajar con estos chavales le “ha cambiado la vida”. David tiene problemas con su silla de ruedas y uno de los compañeros le lleva hasta su sitio dentro del escenario. A su vez, él le ayuda a recordar unas frases olvidadas. El compañerismo es la base de “Sueños”. “Es muy bonito, he hecho muchos amigos y nos llevamos todos bien, cuando alguien se equivoca tratamos de corregirlo para que todo salga perfecto”, explicó David, que estudia secundaria y sueña con ser periodista. “Es increíble el respeto que tienen ellos y el cariño que tienen en cada escena, se ayudan y se apoyan”, corroboró Bustos. El primer ensayo general se acortó sustancialmente porque los jóvenes tenían que participar como público y como concursantes en el programa televisivo “El Familión Nestlé”. Haciendo sus pinitos en televisión o subiéndose al escenario del Teatro Sucre, donde representarán su obra del 9 al 11 de junio próximo, estos jóvenes poblados de sueños demuestran que nada es imposible.