Estados Unidos.- Un niño de nueve años fue acusado del asesinato de su madre adoptiva Paulina Randol que murió por disparos de escopeta el lunes pasado en Fawn River Township, Michigan, y actualmente se encuentra recluido en detención juvenil.
Randol quería obtener ayuda psiquiátrica de su hijo adoptivo ya que sabía que tenía “cicatrices” de su infancia.
Según la familia del niño de 9 años, ella había reservado una cita para el martes después de haber luchado por brindarle atención de salud mental por algún tiempo. Pero el lunes temprano, Pauline Marie Randol, de 51 años, fue encontrada muerta luego de recibir un disparo con un rifle en su casa en el sur de Michigan.
Su hijo, quien se reserva el nombre por ser menor de edad, se convirtió en el sospechoso, declararon las autoridades, ya que el miércoles, los registros judiciales indicaron que estaba acusado de su asesinato, según los primeros indicios de la investigación que lo vincularon.
Pauline Randol y su esposo Doyle adoptaron al niño de Indiana en 2016 e incluso publicaron la feliz ocasión en Facebook. El departamento de Hogares y asociados describieron a Randol como una madre cariñosa. En su página de Facebook Randol definió su profesión como una madre completamente dedicada a la familia y está llena de publicaciones sobre el servicio a los niños necesitados. En una publicación incluso escribió: “Los niños que desean esencialmente el amor más grande lo piden con métodos no amorosos”.
El niño estaba siendo sometido a una evaluación psiquiátrica en un centro juvenil administrado por el estado, según el alguacil del condado Bradley Balk. Fawn River Township está al este de Sturgis en la frontera de Michigan con Indiana.
La hija de Randol, de 23 años, Reagan Martin, le dijo a The Detroit News el miércoles que si su madre hubiera recibido la ayuda que buscaba, aún estaría viva.
Martin dijo que su madre adoptó a su hermano cuando él tenía seis años sabiendo que él había sufrido bastante con su madre biológica quien era adicta a las drogas, informó East Bay Times.
“Pero ella lo aceptó con todo y sus problemas para cuidarlo como si fuera su propio hijo”, dijo Martin a través de una conversación en las redes sociales. Ella había estado tratando de pedir ayuda a su médico de cabecera … que la culpaba por (estos) problemas”.
La hija dijo que su madre intentó comunicarse con los Servicios comunitarios de salud mental y abuso de sustancias del condado de St. Joseph en Centerville, pero el seguro de su esposo no cubría las citas.
“Finalmente, consiguió una cita en la que tenía que gastar dinero (de su) bolsillo, pero para el martes ya fue demasiado tarde”, dijo Martin.
“La muerte de mi madre está en manos de personas que no educan en problemas mentales y que no escuchan cuando se les pide ayuda”, acotó.
Martin llamó a su hermano adoptivo “un joven dulce y cariñoso que necesitaba ayuda más que la ayuda que mi madre le dio y ella lo intentó”.
“Ambos fuimos muy afortunados y tuvimos la suerte de tener las familias que tenemos. Mi familia lo aceptó de inmediato … No puedo expresar lo afortunados que fuimos”, escribió.
Uno de sus vecinos, Joe Lancaster, informó a WDIV que el niño fue dejado sin supervisión constantemente y que solía disparar flechas y armas de juguete por toda en la casa. “Le disparó a mis nietos con pistolas de aire un par de veces”, declaró, reconociendo que había sido testigo de los hábitos violentos del niño. “Le dije al niño que le azotaría el trasero si lo encontraba haciéndolo una vez más”.
Alecia Pieronski, cuya hija asistió a la primaria con el hijo de Randol, informó al canal de televisión WWMT un incidente mucho más oscuro. Pieronski afirmó que en febrero de 2018, el niño amenazó con matar a su hija de 8 años. “Él le dijo (a su hija) que deseaba conseguir un cuchillo, apuñalarla, verla morir y ver llorar a su madre”, recordó Pieronski, incluso ella alertó de inmediato a los directores de la escuela.
La hija adulta de Randol, Harley Martin, reveló que su madre estaba preocupada por el deterioro psicológico del niño y le había declarado a un médico que estaba “asustada de que estuviera criando a un asesino en serie”.
La familia (la hija y el esposo de Randol) asegura que los problemas de salud psicológica del niño se derivaron del uso de metanfetamina por parte de su madre durante el embarazo. Durante el par de semanas anteriores, Martin reveló que sus hábitos se habían intensificado, informó a su vez Top Style Today.
A pesar de los problemas de su hermano adoptivo, Martin lo describió como un niño típico que amaba pasear y pescar. “Ella (adoptaría) una vez más si pudiera”.