?Ciudad del Vaticano.- El Papa Benedicto XVI aseguró hoy que el nacimiento del hijo
de Dios, celebrado en la Navidad, enciende en
los seres humanos la luz de la bondad y les otorga la fuerza para resistir a la
tiranía del poder.
Durante el sermón de la Misa de Gallo, la celebración de Nochebuena, que
pronunció ante más de cinco mil personas en la Basílica de San Pedro del
Vaticano, el pontífice aseguró que el niño Jesús es el portador de una promesa
de paz para el mundo.
‘Este niño es realmente hijo de Dios, él ha hecho surgir realmente islas de
paz y su reino se extiende hasta los confines de la tierra. En cualquier lugar
que se celebra hay una isla de paz, de esa paz que es propia de Dios’, dijo.
Agregó que con su llegada Cristo alzó el poder sobre sus hombros, adquirió
una ‘nueva realeza’ y por él quedaron unidas las humanidad y la divinidad.
‘El construye su reino desde dentro, partiendo del corazón, en cada
generación. Pero también es cierto que no se ha roto la vara del opresor.
También hoy siguen marchando con estruendo las botas de los soldados y todavía,
una y otra vez, queda la túnica empapada de sangre’, apuntó.
‘Así -agregó-, forma parte de esta noche la alegría por la cercanía de Dios.
Damos gracias porque el Dios niño se pone en nuestras manos, mendiga, por
decirlo así, nuestro amor, infunde su paz en nuestro corazón’.
Según el obispo de Roma en la debilidad del bebé en el cual se encarnó Dios
muestra a los hombres su fortaleza frente a los poderes presuntuosos del mundo.
Afirmó que la alegría por la Navidad debe transformarse en oración para pedir
a Jesucristo que cumpla su promesa: quiebre ‘las varas de los opresores’, queme
‘las botas resonantes’ y termine con el tiempo ‘de las túnicas ensangrentadas’.
‘Cumple la promesa: La paz no tendrá fin. Te damos gracias por tu bondad,
pero también te pedimos: Muestra tu poder. Erige en el mundo el dominio de tu
verdad, de tu amor; el reino de justicia, de amor y de paz’, imploró.
