?Santiago de Chile.- El rescatista Manuel González, el primero en ingresar al yacimiento
San José para iniciar el rescate, dijo que los 33 mineros que estuvieron
70 días atrapados a 622 metros de profundidad, sobrevivieron en ‘un
infierno’.
‘Estuve 25 horas allá abajo, a una temperatura de 40 grados Celsius.
Imagínense lo que es vivir 70 días en esas condiciones. Había una
humedad cercana a 100%. La gente andaba semidesnuda’, reveló.
‘Me imagino los primeros 17 días en que ellos no sabían nada del mundo. Tiene que haber sido terrible’, indicó.
González, rescatista y supervisor en la mina cuprífera El Teniente, de
la estatal Corporación del Cobre (Codelco), dijo que ‘las condiciones
ambientales estaban bajo estándar. Yo creo que nadie puede trabajar en
esas condiciones’.
En declaraciones a periodistas, confesó que no tenía temor mientras
descendía en la cápsula Fénix hacia el punto donde, a más de medio
kilómetro de profundidad, lo esperaban los mineros.
“Estaba ansioso. No tenía temor, porque sabía lo que estaba haciendo.
Durante el trayecto por el encamisado, el viaje fue muy suave, como una
especie de ascensor, pero luego en la roca la cosa se puso más rústica,
porque era el cerro mismo’, dijo.
Explicó que en el estrecho ducto, de sólo 66 centímetros de diámetro, ‘había mucha humedad, mucho vapor’.
Indicó que cuando salió de la jaula, tras su arribo al fondo de la mina,
había como 20 hombres esperándolo alrededor del pozo y todos se
abalanzaron sobre él para abrazarlo.
“Cuando salí de la jaula, me abrazaron altiro (inmediatamente). Algunos
lloraban; estaban muy emocionados. El jefe, Luis Urzúa, se presentó y me
felicitó por haber llegado’, dijo.
En su relato de la odisea, junto a otros rescatistas, González añadió
que ‘para romper el hielo use la terminología minera: les dije ‘el medio
hueveo (escándalo) que tienen arriba, así es que salgamos luego’. Todos
se rieron con la tallita (broma)”.
Señaló que ” Jimmy Sánchez estaba muy nervioso’ y tenía la presión muy
alta. ‘Tuve que apartarlo del resto, y lo reté: ‘Si no te calmas ahora,
en dos minutos, te vas a ir último y a mí me van a echar de la empresa’.
En dos minutos se calmó y pudimos subirlo”, dijo.
González destacó la organización que mantenían los mineros bajo el
liderazgo de Urzúa, y los trabajos que habían realizado para mejorar sus
condiciones de vida y colaborar con su propio rescate.
“Era una rampa. La habían emparejado para el descenso de la jaula. En el
taller estaba el scoop, una carreta como le llamaban ellos. A unos 500
metros estaba el lugar donde recibían las palomas, las camas, el lugar
donde almorzaban. Lo tenían todo muy organizado’, apuntó.
Reveló que cada minero hizo un pequeño discurso de agradecimiento antes
de abordar la cápsula que los regresaría a la superficie, aun cuando no
estaban todos juntos, pues algunos dormían para calmar su ansiedad e
iban apareciendo cuando se aproximaba su hora de subir.
Otro de los rescatistas, Jorge Bustamante, dijo que los mineros ‘tenían
una ansiedad bastante controlada, una disciplina admirable dentro de la
mina’.