Ciudad de México.- Aunque sabemos que las condiciones de trabajo para los migrantes en EE.UU, no son muy prometedoras, Disney ha causado una gran sorpresa por revelaciones de sus trabajadores quienes han denunciado las duras condiciones en las que trabajan.
“Tengo 8 años aquí y gano 13,11 dólares [la hora]. Uno empieza a ver que las cosas no son como deberían de ser. Eso me decepciona mucho, pero el motor de mi vida son mis hijos y tengo que sacarlos adelante. Pagaba un apartamento en 1.500 dólares, pero la renta se incrementó a 1.800 y ya no pude pagar. Mis hijos y yo ahora compartimos una casa con otra familia” denunció Ana María Rodríguez, empleada del hotel de Disney California
La ironía del asunto, es que estas personas pasan una terrible situación donde tienen que sobrellevar largas jornadas con salarios muy bajos, mientras atienden con una “obligada” sonrisa a “familias felices” en las instalaciones del establecimiento. Y es que, en esta empresa, tanto Ana María, como los demás empleados deben recibir y atender a los visitantes con singular alegría, cuando en realidad ellos viven una situación bastante precaria.
Al parecer la situación es más que complicada, pues aunque el sector hotelero es bastante grande por los más de 2.500 trabajadores, Disney es una empresa poderosa que hará más difícil la lucha por un trato justo.
“Si una habitación la rentan a 700 dólares y están pagando 11 dólares la hora a una ama de llaves, ¿dónde se queda el estándar?” indaga Verónica Chávez, sindicalista de United en Los Ángeles
En su defensa, Disney se ha mantenido al margen de la situación, publicando un comunicado donde aseguran que hacen todo lo posible por mejorar la calidad de vida de sus empleados. Aunado a esto, la empresa asegura que buscará incrementar el salario a 15 dólares la hora a partir del próximo año.
Y para incrementar la problemática, los empleados se quejan de los problemas físicos que les han causado las duras jornadas de trabajo diario. “Músculos inflamados, el cuello que no puedo mover, los músculos de los brazos están hechos bola, porque el trabajo subió”, se queja la entrevistada.
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